Exactamente hace diez años, Lionel Messi formaba parte de esa Argentina que cayó eliminada del Mundial 2006 a manos de Alemania en cuartos de final. Aquella 'Manschafft' estaba en poder de Jürgen Klinsmann, que con sus jugadores celebraban el pase a semifinales.
Hoy los papeles se invirtieron. Mientras el entrenador alemán lamenta la derrota por 4-0 de Estados Unidos, Leo celebra jugar una nueva final con su selección. Más allá de rivalidades nuevas o antiguas, ambos personajes han dejado un ejemplo de deportividad.
Ha sucedido tras el pitazo final en las semis de Copa América. Con una sonrisa de oreja a oreja y con las ganas contenidas de alabarlo, Klinsmann quiso saludar a Lionel Messi y felicitarlo por la buena actuación que tuvo ante Estados Unidos: un gol, perdón, golazo y dos asistencias.
Klinsmann aseguró que el tempranero gol de Ezequiel Lavezzi a los 3 minutos fue un golpe letal para su equipo, que llegó a la semifinal con tres bajas por expulsión y acumulación de tarjetas amarillas.
"Es muy difícil después de estar 1-0 abajo a los tres minutos. Una vez que se pusieron en ventaja ya no iban a dejar esa ventaja", explicó.
Klinsmann calificó de "asombroso" el gol de tiro libre de Messi, quien además dio dos asistencias, aunque protestó porque el crack del Barcelona adelantó el balón para ejecutar la falta.
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