Un episodio caliente marcó la visita de Boca Juniors al Atlético Mineiro por los octavos de final de la Copa Libertadores. El árbitro principal del duelo fue al VAR tras un gol del ‘Xeneize’ y todo se descontroló. Luego de expulsar a un integrante por bando, decidió anular la conquista y reanudar el juego.
Marcelo Weigandt encontró un rebote y movió las redes del conjunto brasileño a los 62 minutos del compromiso. De inmediato se desató una eufórica celebración del cuadro azul y oro en el estadio Mineirao, pero se apagó con correr de los segundos.
El juez principal recibió una alerta desde VAR, manejado en este partido por el polémico Julio Bascuñán. Posteriormente llegó a la cabina habilitada para revisar las jugadas y acabó al lado de una gresca.
Un integrante del cuerpo técnico de Mineiro interrumpió a Sebastián Villa cuando intentaba acercarse al árbitro y desató el alboroto. Se sumaron más jugadores y miembros de ambos planteles, quienes se repartieron empujones y amenazas.
Después de tomarse un tiempo adicional, el colegiado expulsó a un asistente por equipo y luego anuló el gol de Weigandt, originando la indignación de los argentinos.
“Otra vez lo mismo, es una vergüenza”, reclamó después Miguel Ángel Russo, recordando que en la idea también le invalidaron una anotación.
El encuentro terminó empatado sin goles (0-0) y se definió en una intensa tanda de penales. Atlético Mineiro se impuso a Boca desde los doce pasos y accedió a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
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