La altura no es un mito. Que lo diga el Santos de Robinho y Diego, y el Boca de Banega y Battaglia. En aquel entonces, Cienciano del Cusco nos traía mágicas noches para el recuerdo con triunfos internacionales que emocionaban a todos los peruanos. No solo en el ombligo del mundo, sino desde Tumbes hasta Tacna gritaron los goles del ‘Papá’ en Sudamericana como Libertadores.

Ahora llega el turno de , un equipo que genera incertidumbre por no tener a los artífices del título del año pasado (Javier Arce o Roberto Mosquera), pero nos hace creer que la victoria es posible por la actualidad del equipo (10 puntos de 15 posibles en la Liga 1) y los 3.840 metros sobre el nivel del mar. Ahí, en el Guillermo Briceño, correr los 90 minutos no es una alternativa para Dani Alves y Alexandre Pato; sí para Aldair Rodríguez y compañía.

Del equipo de Juliaca quedan algunos valores importantes como lo es la individualidad de Andy Polar, el ida y vuelta por la izquierda de Jeickson Reyes, el trajín de Yorkman Tello y el regate y velocidad de Aldair. A ellos se les ha sumado la técnica de Manco (vital para la altura) y la experiencia de otros jugadores en un plantel que sueña, como cientos de miles de habitantes en una ciudad que vivirá – por primera vez en su historia - fútbol de élite de nivel internacional.

Binacional se estrena por primera vez en la y todos los peruanos ansiamos los tres puntos para conectarnos en cada noche de Copa. ¡Vamos, muchachos! ¡A ganarlo!


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