ya se encuentra en el avión rumbo a Lima, Perú. El equipo de Jorge Jesús ingresó el aeropuerto de Río de Janeiro para dirigirse a la capital peruano en pro de la final de la , a disputarse el sábado a las 3 p.m. (hora peruana). Miles de aficionados fueron a despedirse del ‘Mengao’ en pro de luchar por su segunda estrella a nivel internacional. Así es cómo se despidió el equipo en busca de uno de dos títulos en esta semana.

Desde que el ‘Mengao’ ganase en 1981 su primera y única Libertadores hasta el momento frente al Cobreloa chileno, el equipo con mayor número de seguidores en Brasil, estimados en unos 40 millones, inició una travesía por el desierto que duró casi cuatro décadas.

La casualidad hizo que Flamengo fuese a disputar la segunda final de Libertadores de su historia en el Estadio Nacional de Santiago de Chile, el mismo donde jugó la final anterior, pero la grave crisis social que atraviesa el país austral obligó a que se rompiese esa coincidencia y que el partido se celebre finalmente en la capital peruana.

Entre aquella final y esta otra, la Copa Mercosur conquistada en 1999 fue apenas un alivio pasajero y muy temporal para la voraz hambre de títulos del club carioca en su objetivo de ser uno de los hegemónicos del fútbol brasileño y sudamericano.

Muchas estrellas, ninguna Libertadores

Numerosas estrellas brasileñas vistieron la camiseta rojinegra con el objetivo de emular a Zico, el capitán y máximo goleador histórico del Flamengo, que tuvo el honor de alzar la Copa Libertadores en 1981, pero todos los que vinieron después se quedaron lejos de conseguirlo hasta que llegó el equipo actual.

Es el caso de futbolistas como Romario, Bebeto, Sócrates, Ronaldinho y Adriano, pero también de destacados jugadores extranjeros como el peruano Paolo Guerrero. Tampoco lo pudieron conseguir renombrados técnicos brasileños como Mário Zagallo, Vanderlei Luxemburgo, Paulo Autuori, Dorival Júnior, Mano Menezes o el colombiano Reinaldo Rueda.

Al final, Flamengo alcanzó su segunda final sin grandes estrellas pero con mucho talento, sobre todo en el ataque con Gabriel Barbosa y Bruno Henrique, y también con oficio, gracias a la experiencia de gente con trayectoria como el portero Diego Alves, a lo que se suma la pizarra del técnico portugués Jorge Jesus.

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