Boca Juniors y River Plate jugarán por el título de la Copa Libertadores en una final inédita cuyo desenlace se convertirá en la primera página en la historia del vencedor y que será una cruz para el derrotado.
Pero el clásico del siglo también plantea un desafío para el comportamiento de los hinchas, la seguridad y para la Conmebol, que a lo largo de esta edición del certamen quedó marcada por varias desprolijidades.
La final estaba fijada originalmente para el 7 y 28 de noviembre. Pero el segundo duelo coincidía con la antesala de la cumbre de líderes del G20, lo cual mantendrá a las fuerzas de seguridad ocupadas en la protección de los mandatarios más poderosos del mundo.
Fue así que la entidad rectora del fútbol sudamericana modificó las fechas. Ahora, el primer duelo será el sábado 10 en el estadio La Bombonera de Boca y el segundo el sábado 24 en el Monumental de River. Ambos partidos se jugarán desde las 4 de la tarde.