Óscar Ribera se preparaba para jugar el partido ante el Deportivo Cuenca con la fiel misión de romper la igualdad del global y conseguir la clasificación a la siguiente etapa de la Copa Sudamericana. Sin embargo, un repudiable hecho impidió que el cotejo empiece.
Un proyectil que salió desde las tribunas impactó en la cabeza del mencionado jugador produciéndole un profundo corte que inmediatamente se vio revelado con sangre corriendo por su rostro.
Tras el impacto, Óscar Ribera cayó tendido en el terreno de juego, ocasionando el susto de sus compañeros quienes vieron como la sangre empezaba a brotar de la frente de su compañero.
Óscar Ribera, a pesar del fuerte impacto, decidió jugar el partido. Obviamente tuvo que utilizar una venda en la cabeza y un gorro que impida que la sangre siga corriendo.