Antoine Griezmann se despidió del Atlético de Madrid para sorpresa de muchos hinchas. Después de decidir quedarse la temporada pasada, el francés cambió de opinión y su futuro seguirá en otro club ¿El Barcelona? Aún no hay nada oficial, pero las casas de apuestas no pagan mucho si el campeón del mundo termina cayendo en el equipo de Lionel Messi y Luis Suárez. La gran pregunta pasa por si encajaría.
Parece lejana esa pirueta en agosto del 2013 en Lyon. Vestía la camiseta de la Real Sociedad y todavía no era una estrella mundial, pero ya daba algunas chispas de lo que sería. Era la fase previa de la Champions y el equipo vasco se jugaba la clasificación a grupos. Quizás, la primera gran tarde-noche del ‘Principito’ en el fútbol europeo y mundial.
Aunque fue el inicio de la temporada, que luego terminaría en el mundial de Brasil, ya había algo en Griezmann que tentaba a los grandes. Real Madrid y Barcelona ponían los ojos en él, pero fue el Atleti quien se lo terminó llevando. Un cuadro ‘rojiblanco’ –como el rival de toda la vida de la Real Sociedad- que necesitaba a su estrella para seguir creciendo.
Una nueve diferente
Fue el ‘Cholo’ Simeone, quien le cambió la vida. El francés llegó como un diamante en bruto y el entrenador argentino se encargó de pulirlo. En un sistema encargado por la concentración defensiva, el nuevo jugador franquicia de los ‘colchoneros’ se encargaría de los argumentos ofensivos. Primero acompañado de Mandzukic, temporadas después por Costa y ahora último por Álvaro Morata
Siendo un nueve, el ‘galo’ tenía alma de diez. Parecía ser el jugador total del conjunto madrileño. Retrocedía para conectarse con el mediocampo, corría al espacio aprovechando su velocidad o incluso probaba de larga distancia cuando las defensas rivales parecían ser impenetrables. Algo de él recordaba, salvando distancias, a lo que hacía un argentino en Barcelona.
Es que ser la figura del equipo era eso: brillar en el contexto que te planifica el entrenador. Y Simeone jugaba para él. Ahora, de llegar a vestirse de ‘azulgrana’, la historia cambiará por las características de sus compañeros y la identidad del equipo.
Con Valverde, los sistemas han cambiado y hasta se podría decir que, en el papel, se parecen un poco más a lo que hace el Atlético de Madrid. El 4-4-2 lo ha utilizado en casi toda la temporada, siendo Messi su ‘nueve diferente’, precisamente lo que hace Griezmann en el Wanda Metropolitano: distribuir, conectar y definir.
Por eso, si su función sería ser el recambio del ‘Pistolero’, tendremos que observar una nueva versión del campeón del mundo. Una en la que juegue menos sin pelota y más para las estrellas que lo acompañen. En la que su función no sea retroceder, sino fijar a los centrales. Donde su responsabilidad no pase por sostener al equipo, sino en complementarlo.
Al fin y al cabo, un jugador total es ese, quien se adapta a las circunstancias y encuentra nuevos retos. Quizás, con una característica que no tiene en el equipo, el ‘Txingurri’ (apodo del entrenador ‘culé’) se adapte: vuelva a probar con ‘Leo’ en banda –como en la época de Luis Enrique- y juegue con dos artilleros como el uruguayo y el francés.
De afuera hacia dentro
En el País Vasco empezó la polifuncionalidad que le puede servir a Griezmann de caer en Barcelona. Junto a Haris Seferovic, Carlos Vela e Imanol Agirretxe, el ‘Principito’ supo moverse por todo el frente de ataque: desde jugar por la banda izquierda hasta hacerlo por la derecha pasando, también, como delantero centro.
Desde que se fue Neymar del conjunto ‘culé’, en Catalunya no pudieron encontrar su recambio. No tanto en talento, que eso es imposible, sino en participación asistencias y goles para el bienestar del club. En el club apostaron por Dembelé y parece que no ha funcionado como hubiesen querido –salvo destellos en algunos partidos-, lo mismo con Coutinho.
Por eso, de confirmarse lo del francés, la opción de gol en todo el frente de ataque puede volver al Camp Nou. Nadie sabe la decisión táctica que puede tomar el entrenador, simplemente son opciones que brindamos teniendo en cuenta las características de un jugador que quiere seguir estando a la altura de su nombre.
Aunque jugaría a perfil natural, los movimientos de afuera hacia adentro, convirtiéndose en un acompañante del delantero centro, podrían darle más opciones de gol al ataque ‘azulgrana’, que en esta última temporada ha dependido mucho de lo que haga la dupla argentina uruguaya.
Es cierto que en Madrid no promedió más de 20 goles por temporada en Liga y, quizás, su porcentaje disminuya teniendo un papel menos preponderante; sin embargo, en la capacidad de adaptación podrá estar ese plus que necesita el Barca para volver a conquistar Europa y, quien sabe, si también el mundo.
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