Lionel Messi, Gerard Piqué y Sergio Busquets representan los últimos bastiones de resistencia de una época feliz, acaso la más feliz que los hinchas del Barcelona han podido vivir. Esta abarca desde 2008 a 2012, los años en los que Pep Guardiola asumió la dirección técnica del equipo con un solo imperativo, innegociable y rígido frente a cualquier situación: la urgencia de un gol, algún dirigente exigiendo resultados rápidos, futbolistas que querían el protagonismo para sí mismos (Zlatan), etc.
La máxima del hoy entrenador del Manchester City no fue otra que el juego de posición, 'tiki–taka', 'cruyffismo' o como quieran llamarlo. Y no a través de fichajes millonarios –recurso del que se valió en el Bayern y abusó como técnico 'citizen'–, sino de inculcar esta manera de jugar –'filosofía' si se quiere ser retórico– en La Masía, la gran cantera del Barcelona que supo alimentar a España, orgullo de cualquier hincha azulgrana, y por estos días, menos de una década después, devaluada a poco más que nada.
De acuerdo a un informe de Sport, Pep Guardiola hizo debutar a 22 futbolistas del Barcelona B, filial que dirigió en la campaña 2007/08, sacándolo campeón de la Tercera División de España. Su éxito le permitió migrar al primer equipo en la temporada siguiente y fue consecuente con el trabajo que venía implementando y los jugadores que le dieron su primer título como DT. Ningún otro entrenador del Barza promovió a tantos talentos de La Masía.
El éxito, durante esos cuatro años, fue total e indiscutible: tres ligas y dos Champions, además de un cúmulo de copas y el Mundial de Clubes en dos oportunidades también. Barcelona se encumbró en la cúspide del mundo, destilando un fútbol que tenía fuentes claras de inspiración pero no precedentes, certificando que 'jugar bonito' y ganar es algo perfectamente compatible.
El clímax de la época dorada llegó en 2010, cuando el podio del Balón de Oro lo ocuparon tres orgullos de la cantera: Messi (1), Iniesta (2) y Xavi (3). Y, sobre el verde, en noviembre de 2012, ya sin Guardiola en el campo pero con su asistente como sucesor, Tito Vilanova, el día que el Barcelona visitó al Valencia y salió al campo con Valdés; Montoya, Piqué, Puyol, Alba; Xavi, Busquets, Fábregas; Pedro, Iniesta y Messi. Un '11' made in La Masía al 100%. Y no para jugar un partidito de Copa del Rey: era el equipo de gala.
Luis Enrique: el equilibrio perfecto
Estaba claro que el periodo comandado por Guardiola era una excepción, pero en el Barcelona, desde la dirigencia, apostaron por una continuidad al elegir a Luis Enrique para el banquillo, tras el accidentado paso de Vilanova y la irregular temporada del 'Tata' Martino. En junio de 2014, entonces, se sumaba un entrenador que, como Pep, había empezado en el Barza B y conocía a la cantera.
'Lucho' cambió la posesión por la verticalidad, trasladó la fortaleza del equipo de la volante a la delantera y otros ajustes más. Todos ellos sin descuidar a la cantera, haciendo debutar a 15 juveniles de La Masía durante sus tres temporadas, pero fichando cuando fue necesario. Luis Suárez fue el más representativo de este grupo de 'extranjeros', integrado por Rakitic, Bravo, Ter Stegen, Arda Turan y otros más –y Neymar, que había llegado con Martino–, el cual se fue apoderando del '11' a medida que los juveniles 'culés' –Sandro, Munir, Denis Suárez, Rafinha–, a excepción de Sergi Roberto, no cumplían las expectativas.
Aunque la forma no supo tan deliciosa para el paladar del hincha catalán, como sí lo fue la etapa de Guardiola, el resultado fue casi el mismo: dos ligas, una Champions y dos veces el Mundial de Clubes. Para graficar la hegemonía del Barcelona sobre el rival de siempre, Real Madrid, los medios se enfocaban en el gasto que ambos hacían. Por ejemplo, tras un escandaloso 4–0 en el Santiago Bernabéu, subrayaron que 'Lucho' lo había logrado invirtiendo 18 millones en su mediocampo, frente a los 142 de Benítez.
Luis Enrique halló un equilibrio entre cartera y cantera que, desde su partida, fue perdiéndose hasta llegar al punto de ser inexistente por estos días. Barcelona intenta mantener su ADN en cuanto a juego –posesión, rotación de balón a un toque, movilidad y demás–, pero está comprando el talento, no formándolo.
Ernesto Valverde, ¿responsable directo?
Philippe Coutinho, Paulinho, Arturo Vidal, Ousmane Dembélé, Clement Lenglet, Nelson Semedo, Arthur, Yerry Mina, Kevin–Prince Boateng, Jeison Murillo y, para la temporada que está a punto de empezar, Frenkie de Jong, Neto y Antoine Griezmann han sido los fichajes desde que Ernesto Valverde asumió como técnico (junio de 2017). ¿En qué momento el Barza pasó de apostar por La Masía a pagar millonadas? Al mismo estilo del Real Madrid, Manchester City o PSG, hoy en día los 'culés' no conciben otra vía para el éxito.
Lo peor de todo es que la mayoría de esos fichajes, por los que el Barza ha gastado 707 millones de euros en apenas tres años (ver tabla de abajo), no han generado el retorno esperado. Sin embargo, ¿qué figuras de la casa podrían solucionar esta crisis de rendimientos? ¿Marc Cucurella, Carles Aleñá? Ernesto Valverde solo ha hecho debutar a dos canteranos –a años luz de los 22 de Guardiola–, Cucurella y Oriol Busquets, dos jugadores que, con certeza, esta temporada a lo mucho recibirán una migaja de oportunidades en el primer equipo.
La desconfianza en La Masía es tan grande que Barcelona rompió, en enero de 2018, una racha de cuatro temporadas sin fichar en el mercado de invierno. Philippe Coutinho llegó pese a que se sabía que no iba a jugar la fase decisiva de la Champions, todo porque el equipo carecía de ideas en la volante. Y en la temporada pasada, ante la crisis de lesiones, Ernesto Valverde ni siquiera se fijó en La Masía, sino que agilizó los préstamos de Boateng y a Murillo para apagar el incendio. Ninguno rindió y ya dejaron el club.
Este enfoque de la dirigencia azulgrana termina asustando a los nuevos valores, especialmente los jugadores ofensivos, quienes saben que hacerse un lugar entre tanta estrella será imposible, y acaban abandonando el club temprano. Como expone Juan Jiménez del diario AS, otros clubes ofrecen a los chicos de 16 y 17 años un contrato profesional y un lugar en el primer equipo. "No es comprensible ni lógico que ganen la Champions Juvenil y después ningún futbolista consiga jugar en el primer equipo", protesta Juan Manuel Casanovas, de Sport.
La selección española, ¿la gran perjudicada?
El auge de la Selección de España, que comprende los títulos en las ediciones 2008 y 2012 de la Eurocopa, además del Mundial 2010, no puede ser concebido sin los jugadores formados en el Barcelona. El aporte de Puyol, Piqué, Busquets, Alba, Xavi e Iniesta fue indispensable, además de tener muy buenos respaldos en Fábregas, Thiago Alcántara y Pedro. ¿El decrecimiento de la influencia de la cantera 'culé' ha hecho mella en la 'Furia Roja'?
Santiago Segurola, periodista de El País, está convencido de que sí. "La edad de oro de la selección española fue paralela a la eclosión del mejor Barza de la historia, y en aquel equipo se llegó a formar un equipo titular con futbolistas adiestrados desde niños en el club. No todos correspondían a la misma generación, pero el recorrido les conectó en una fascinante secuencia", indica, para dar cuenta del problema actual de La Masía y personifica en Carles Aleñá "la definición perfecta del borroso estado de la política del club con respecto a la cantera y el primer equipo".
La Selección Sub 21 de España acaba de ganar la Eurocopa de la categoría (2–1 en la final contra Alemania) y destaca un factor sin precedentes: no hubo jugadores del Barcelona en cancha. Aleñá ni siquiera fue convocado. Sí hubo exjugadores de las categorías juveniles del cuadro azulgrana que años atrás optaron por marcharse, como Dani Olmo –hoy volante del Dinamo Zagreb–, autor del gol de la victoria. El DT Luis de la Fuente priorizó a jugadores con continuidad, y los del Barza no la tienen.
¿Serán estos jugadores capaces de darle un nuevo Mundial a España? ¿Una Eurocopa al menos? El presente de Fabián Ruiz (Napoli), Dani Ceballos (Real Madrid) y Mikel Oyarzábal (Real Sociedad), las figuras de esta selección, invitan a pensar que costará mucho. La generación de De Gea, Koke, Thiago e Isco, bicampeona en 2011 y 2013, gozaba de un panorama mucho más optimista y no lo logró. Parte de la solución parece radicar en una redefinición de las políticas del Barcelona con respecto a La Masía, la cantera que invierte recursos para nutrir mucho más a Europa que al propio club.
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