Una goleada global de 5-1 hace pensar en el Barcelona si es que cuentan con el plantel necesario para pelear La Liga con el Real Madrid. Hace varias temporadas que no había distancias tan holgadas entre ambos equipos y un problema para ser la defensa. Piqué, Mascherano y Umtiti no bastan para jugar todo el año y su rendimiento ha mermado al punto que el ataque de los merengues les dio un bale en el Camp Nou como Bernabéu. Ante ello, la dirigencia culé medita el fichaje de Yerry Mina, a quien deberían traer en enero del 2018.
Pese a romperse el quinto metatarsiano en los últimos días, Yerry Mina contaría con el aval de los culés para llegar en este mercado de pases. Iñigo Martínez, pedido de Ernesto Valverde, ya fue descartado, dado que los azulgranas tratan de agotar todos los esfuerzos en fichar a Philippe Coutinho, Ousmane Dembélé u otro jugador en la zona de ataque. En ese sentido, los nueve millones de euros que el Barza ya acordó con el Palmeiras solo harían que el defensa de la Selección Colombia llegue a Cataluña solo unos meses antes de lo planeado.
De 1,95 metros de altura, Mina es considerado una apuesta segura para aportar un plus a la defensa barcelonista a nivel de fortaleza aérea sin dejar de lado su buena salida de balón. La eliminación del Palmeiras en la Copa Libertadores a manos del Barcelona de Guayaquil la pasada semana facilita las cosas al club catalán para hacerse cuatro meses antes de lo previsto con Mina.
La fractura del quinto metatarsiano del pie izquierdo que sufrió precisamente en la vuelta contra los ecuatorianos no altera los planes del Barça, ya que el colombiano estaría recuperado para finales de septiembre.
En caso de acabar fichando por el Barza junto a Coutinho, Mina ocuparía al igual que el brasileño del Liverpool una plaza de extracomunitario. La tercera permitida en la plantilla sería para Paulinho, presentado hoy por el club azulgrana.