Todo parece cerrado y podría confirmarse en los próximos días. La inminente llegada de Philippe Coutinho ha provocado una ola de entusiasmo en el vestuario del Barcelona, conscientes como son de que este puede ser el refuerzo que termine de apuntalar la plantilla del conjunto azulgrana, especialmente para la lucha de la Champions League, pese a que no podrá jugarla.
No escapa a nadie que la operación abortada del pasado verano causó frustración entre los pesos pesados del vestuario, que ya entonces consideraban al brasileño como una pieza básica para reforzar al equipo de cara a esta temporada. La reactivación de las negociaciones entre el Liverpool y el Barcelona, tal como lo cuenta el diario Sport, ha sido una inyección anímica entre los jugadores, convencidos como están de que el delantero del Liverpool hará subir varios peldaños el nivel futbolístico del equipo, tal como lo hizo Neymar.
Lo cierto es que antes de la apertura del mercado invernal, la plantilla hizo llegar un mensaje claro a Bartomeu: había que echar el resto por Coutinho e intentar como fuera que se incorporara a la disciplina del club en esta misma ventana de invierno.
El presidente blaugrana dio la orden de acelerar a su gente de confianza, y lo cierto es que Coutinho está ahora más cerca que nunca de fichar. Y todo esto pese a que el Liverpool habría pedido hasta 150 millones por el pase del brasileño, que un día pudo ser del Real Madrid.
Y no solo la plantilla lo celebra sino también Ernesto Valverde, -aunque no lo haya dicho públicamente- que piensa que la incorporación del brasileño puede ser fundamental a la hora de distribuir mejor los minutos, especialmente en el caso de Iniesta, que recibiría así una bombona de oxígeno que le permitiría dosificarse y priorizar los minutos clave de la Champions, competición que el brasileño no podrá estar si ficha.