Lo ha hecho de nuevo, como si no le importara o tomara importancia a las indicaciones de los jugadores y dirigentes del club. En el campo, Ousmane Dembélé ha mejorado su fútbol; fuera de él, parece un chiquillo que no entiende las reprimendas del club. Luego de la goleada sobre el Espanyol, el extremo francés ha reincidido y llegado tarde a las prácticas del Barcelona, como previo al partido por la última jornada de la fase de grupos de la Champions League.
De acuerdo al diario Mundo Deportivo como la RAC1, Dembélé ha llegado dos horas tarde a la práctica culé. La sesión del domingo estaba prevista a las 11 a.m. de Cataluña, a lo que el seleccionado francés ha llegado con su vehículo dos horas más tarde.
Dembélé ha reincidido apenas un mes después de que incluso fuera castigado por el entrenador Ernesto Valverde, dejándole fuera de la convocatoria del partido de LaLiga ante el Betis. Tres días antes, el francés no asistió al entrenamiento del jueves 8 de noviembre y hasta una hora y media después del inicio de la sesión no pudieron localizarle desde el club. Un médico fue a verle a su domicilio. La versión que se dio desde el club es que estaba aquejado de una gastroenteritis. Al día siguiente, el viernes 9, se entrenó sin sus compañeros.
Desde aquel episodio de indisciplina, que se une a otros retrasos de Dembélé, compañeros como Piqué, Luis Suárez, Rakitic o Busquets le exigieron mayor profesionalidad. Tampoco Valverde escondió una situación que obligó a la celebración de dos reuniones con los dirigentes del Barcelona.
Por un lado, Eric Abidal, secretario técnico azulgrana, se reunió con el propio Dembélé hablándole claro y recordándole que en su mano estaba revertirlo. Por su parte, su agente, Moussa Sissoko, y su colaborador Marco Lichtsteiner, fueron la tarde del martes 13 a las oficinas del Camp Nou, donde se vieron con el presidente Josep Maria Bartomeu, el vicepresidente deportivo, Jordi Mestre, el mánager, Pep Segura, y el secretario técnico, Eric Abidal. Los cuatro les pidieron que Dembélé tuviera más compromiso y a la vez les instaron a controlar más de cerca al extremo en su vida fuera de los terrenos de juego. A Dembélé parece no importarle.