Amor a primera vista. Ivan Rakitic se considera una persona feliz no solo por jugar en uno de los mejores equipos del mundo, sino también por haber encontrado el amor en el momento y lugar menos pensado. El croata ha demostrado ser uno de los últimos románticos del fútbol.
"¿Ves a esa camarera? Me voy a casar con ella". Así de decidido se encontró Rakitic cuando vio a Raquel Mauri en un restaurante. Estas palabras se las dijo a su hermano, el único con quien podía conversar tras no conocer mucho el idioma castellano.
Después de cuatro años en Alemania y dos en Suiza (Schalke 04 y Basel respectivamente), Ivan Rakitic fue traspasado al Sevilla de España. El lenguaje fue el aspecto por el que le costó más adaptarse, razón por la cual se le cruzó por la mente dejar el país hispano.
"Cada mañana iba al bar del hotel a por un café o una Fanta de naranja para poder verla. Lo único que sabía es que su nombre era Raquel. No hablaba ni una palabra de inglés, y a mí me pasaba lo mismo con el castellano. Así que todos los días le decía lo mismo: 'Buenos días, Raquel. Un café y un Fanta naranja.'", confesó Rakitic, quien vivió en el hotel donde conoció a la que ahora es su esposa.
"No sé cómo explicarlo. Algunas veces, conoces a una persona y sientes algo completamente diferente a lo que estás acostumbrado. Cuando la vi fue como una bomba que se metía dentro de mí. Así que empecé a aprender castellano poco a poco y, cuando fallaba y no encontraba las palabras exactas, usaba mis manos para tratar de explicarle lo que quería decir... A ella le hacía gracia, era como 'Yo ... Jane. Tú ... Tarzán'", contó el volante del Barcelona.
No fue fácil
Ivan Rakitic invitó a salir a Raquel—por lo menos—30 veces. Ella siempre le decía que no explicándole que debía dormir y tenía mucho trabajo. Tras tres meses fallidos, Rakitic consiguió casa y abandonó el hotel. Pensó que sus oportunidades con Raquel se habían terminado, pero él no se dio por vencido.
Siempre pasaba en las mañanas antes de entrenar a tomar un café, y se dispuso a aprender castellano más rápido. "Bebía tanto café que era ridículo", comentó entre risas el croata. Tiempo después, Raquel Mauri le confesó al futbolista la razón por la cual no aceptaba sus invitaciones: "Eres un futbolista. Podrías irte a otro país el año que viene... Así que lo siento, pero no."
Con perseverancia, Rakitic se enteró que Raquel estaba con su hermana tomando algo en el hotel, razón por la cual fue y le pidió que cenasen juntos. Desde ese día no se han separado y tienen dos hijas y cuatro años de sólido matrimonio. "Ha sido lo más duro que he hecho en mi vida, más duro que ganar la Champions League", finalizó.