Araujo como emergencia y como síntoma. La tarjeta roja que vio Gerard Piqué contra el Ferencváros y que le impidió jugar en Italia vuelve a poner de manifiesto la mala planificación del Barcelona en la posición de central.
Contra la Juventus, Koeman tuvo que recurrir al uruguayo del filial mientras Umtiti continua de baja indefinida y Eric García, un canterano que quería volver, es el quinto central en el Manchester City.
Y por si fuera poco, Araujo se tuvo que retirar lesionado en el descanso y se improvisó con De Jong en el eje de la defensa haciendo pareja con Lenglet. Un equipo de la entidad del Barça no puede ir por la vida con solo dos centrales porque el día que se te resfríe Piqué, volveremos a estar en las mismas.
La suerte es que la mala gestión de Bartomeu parece que, por fin, ya es historia, aunque el Barça arrastrará este lastre durante tiempo. El presidente, con la mayoría de la masa social en su contra, no tuvo más remedio que dejar su cargo el martes y dar el pistoletazo de salida a unas elecciones que proclamaran a un presidente que va a hacerse cargo de un club en ruinas.
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