Con el respeto que Ladislao Kubala merece, Lionel Messi se ha convertido en los últimos años en los jugador más importante en la historia del FC Barcelona. Los respaldan sus goles y los títulos y los hinchas azulgranas no imaginan un futuro sin él.
Y pensar que hace solo un año, tal como cuenta el diario 'Mundo Deportivo', el crack argentino estuvo decido a dejar el club que lo vio nacer y crecer como futbolista. Tras perder la Copa América Centenario y ser condenado junto a su padre por fraude fiscal, Leo quiso empezar de cero en otra liga.
La citada fuente agrega que Lionel Messi conversó con el presidente del FC Barcelona, Josep María Bartomeu, sobre su firme intención de irse nada menos que con Guardiola al Manchester City. Ante semejante pedido, los azulgranas tenían pocas ilusiones de retenerlo, pero nunca perdieron la fe.
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Su primer intento por convencerlo de quedarse en el Barcelona consistió en reunirse en Miami con Jorge Messi, el padre del futbolista. Sin embargo, los representantes del club azulgrana obtuvieron la misma respuesta: Leo se iba de Can Barza y más les valía pensar en un precio de venta (iniciaron con 150 millones de euros).
La situación parecía no tener remedio así que el FC Barcelona se jugó su última carta: Luis Suárez. Al ser uno de sus mejores amigos dentro y fuera del campo, le pidieron al uruguayo juntarse con Lionel Messi y que lo convenza de no marcharse a la Premier League. Para alegría de todos, la reunión dio sus frutos.
El crack argentino dio marcha atrás en su decisión de irse del FC Barcelona y se presentó a los entrenamientos una semana antes de las dos adicionales que había pedido de vacaciones. De allí en adelante, la historia es más que conocida.