La historia de Neymar parece de nunca acabar. Hace dos temporadas, tras jugar un Barcelona-Real Madrid de la International Champions Cup como último partido vestido de azulgrana, el crack brasileño –que parecía ser el que tomaría la posta a Lionel Messi– dejó España para ser el jugador franquicia de un proyecto que esperaba ganar la Liga de Campeones con su nuevo ‘10’.
Entre fiestas, discusiones en el vestuario (recordemos el famoso pleito con Edinson Cavani por quién sería el elegido para patear los penales) y lesiones que lo dejaron fuera, precisamente, de las fases decisivas de la ‘Orejona’ (no jugó el partido de vuelta ante el Real Madrid en la 2017/18, ni la eliminatoria contra el Manchester United en la 2018/19, ambas en octavos de final), ‘Ney’ parecía perderse entre la multitud del Parque de los Príncipes.
La figura brasileña empezaba a ser más noticia en el mundo por lo extra futbolístico, antes que por lo que hacía en el terreno de juego. Eso sí, sus 51 goles y 29 asistencias en 58 partidos de Ligue 1 demostraban que el ex Santos no era un ‘vende humo’. Calidad tenía de sobra y en Francia no solo lo confirmó, sino que también evolucionó mientras sus piernas se lo dejaron.
Sin embargo, los meses pasaban y el peso mediático de sus declaraciones (“el mejor partido de mi vida fue el 6-1 ante el PSG”, por ejemplo) empezaban a generar una tensión extra en la capital francesa. La puerta de salida se abría cada vez más e iniciado el periodo de traspasos, Neymar, quien se había perdido la Copa América otra vez por lesión, no llegaba a la pretemporada. Ya no había marcha atrás, lo tenían que vender.
Tras haber pagado 220 millones de euros por su traspaso, los jeques no lo entregarían tan fácil. Ahora son el Barcelona y el Real Madrid quienes pelean por meterlo en su plantilla; mientras todos se preguntan si realmente un jugador tan caprichoso vale todo el esfuerzo –mediático y económico– que están haciendo los dos clubes más potentes del siglo XXI. Veámoslo caso por caso.
¿Por Florentino o Zidane?
Cuando Florentino Pérez dejó el Real Madrid en febrero del 2006, un niño brasileño de 14 años empezaba a entrenar con los infantiles del equipo blanco. El chico era, nada más y nada menos, que Neymar da Silva Santos Juniors. El destino, al final, no quiso que el cuadro merengue pague los 60 mil euros que pedía en ese entonces el representante del prospecto de crack brasileño que incluso estuvo en un palco del Santiago Bernabéu viendo un partido ante el Deportivo La Coruña.
Han pasado 15 años y la ficha de esa misma persona ha cambiado rotundamente. Hoy en día, si el Real Madrid lo quiere en su equipo, deberá pagar más de 100 millones de euros (o eso parece). Seguro que podría hacerlo si el contexto se le pone favorable a la directiva, pero cuánto ayudaría a Zinedine Zidane tener a un futbolista como Neymar.
Desde la llegada del francés, el 13 veces campeón de la Champions League no parece tener un plan futbolístico. Sin Cristiano, el contexto se ha puesto desfavorable y hoy en día los fanáticos saben que necesitan de un crack mundial para sentirse competentes, ya que los problemas en la dirección táctica no parecen tener solución a corto/mediano plazo.
Neymar, entonces, podría ser la solución –en cuanto a resultados– que necesita el vestuario para retomar esa personalidad ganadora que pareció irse a Turín cuando ‘CR7’ dejó la capital española. En un equipo visceral, un jugador tan despampanante solo podría generar estímulos positivos para un Bernabéu que pide a gritos talento individual ante la falta de estrategia.
Por eso, más allá de los nombres que puedan acompañar al brasileño en la delantera –no podemos decir si sentará a Hazard, Modric, Kroos o Benzema–, si el Real Madrid decide hace el esfuerzo por ‘Ney’ será más por un impulso emocional que por un meramente táctico.
Velocidad para Valverde
Ya conocemos lo que significa Neymar en ‘can Barça’. Los 105 goles y 59 asistencias en 186 partidos con la camiseta ‘azulgrana’ no son algo que se vea así nomás. Por eso, más allá de gustos personales, el futbolista le puede aportar mucho al sistema de Ernesto Valverde.
Como en el caso del Madrid, es obvio que no podemos asegurar cuál sería el sistema elegido por el ‘Txingurri’ de llegar una nueva estrella para el equipo, pero sí podemos sacar algunas conclusiones por lo visto en su periodo como entrenador. Porque, si no lo recuerdan, el extécnico del Athletic de Bilbao inició su etapa oficial de ‘azulgrana’ justo cuando el ‘Ney’ decidió irse al PSG y la adaptación sí que le costó (perdió 5-1 en el global ante el Real Madrid por la Supercopa de España).
El plan sin el brasileño era de bloque antes que de transiciones –como se había visto con Luis Enrique– y eso, a veces, hizo que la cancha le quede muy larga como ante la Roma o el Liverpool, ambas por Champions League. Y es que aunque siga teniendo a Messi y Suárez, la edad (32 años cada uno) ya no les permite ser tan explosivos como lo sigue siendo su amigo brasileño.
La llegada de Neymar, por lo tanto, puede significar un nuevo aire para el Camp Nou. Con las variantes del juego de posición que se han visto desde que se fue Pep Guardiola, el Barça podrá volar y, al mismo tiempo, mantener el bloque que tanto le gusta a su entrenador. Porque incluso en posicional (cuando el rival se repliega), ‘Ney’ parece haber subido un nivel centralizando su posición y eso que no encontró ni en Coutinho ni en Dembéle puede volver a tenerlo en un futbolista que ya hizo historia en la ‘Ciudad Condal’.
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