Manuel Pellegrini negó que entrenar al Real Madrid en la temporada 2009/10 fuera una misión imposible y aseguró que "fue un orgullo" dirigirlo. "Lo que pasa es que cuando uno dirige a ese equipo tiene que estar capacitado para aceptar que es un club no sólo deportivo, sino muy político. Y en qué medida uno se deja interferir por personas que, para mí, no tienen conocimiento de fútbol para hacerlo", declaró en entrevista a 'El Mundo'.
No obstante, precisó que no se refería al presidente blanco, Florentino Pérez, y que tuvo la fortuna de pasar por una de las pruebas más difíciles, algo que no le "alteró en absoluto".
"Yo siempre sabía que lo que más les agradaba a los jugadores del Real Madrid era llegar al lunes y que nada cambiase si habíamos perdido o ganado. Les demandaba el mismo trabajo, los mismos conceptos, independientemente de lo que dijeran en el exterior. Nunca puse un jugador si le convenía a uno u otro". explicó Manuel Pellegrini.
En todo caso, el Santiago Bernabéu le evoca sentimientos "solamente buenos" pese a que se marchó "con mucha amargura por no haber conseguido la Liga, aunque hubiera sido el primer y el último título" y a que "sabía perfectamente" que en agosto ya estaba despedido "porque el presidente (Florentino Pérez) se lo dijo al presidente del Villarreal (Fernando Roig) y él me lo dijo a mí".
Tras asegurar que se decantó por el fútbol para evitar una vida plana y que siempre se ha movido más por desafíos que por intereses, Manuel Pellegrini valoró la progresión del Manchester City en los últimos años, "un club que va creciendo envuelto en títulos".
Comentó que no hará traspaso de poderes con Josep Guardiola, actual técnico del Bayern Munich y su relevo, al que espera encontrarse en Milán en la final de Champions League. El DT ya prepara el partido de este miércoles entre su cuadro y los madridistas por semis de Champions.
Fuente (EFE)
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