Si hace unas horas personas no sabían del pasado sevillista de Ramos, ahora es de conocimiento mundial. El capitán del Real Madrid anotó un gol en su ex casa y celebró con un gesto provocador.
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El Sevilla ganaba 3-1 en el Sánchez-Pizjuán, pero un penal de Kranevitter sobre Casemiro puso todas las miradas sobre el capitán. Apenas el árbitro hizo sonar su silbato, Ramos corrió al punto penal contrario y cogió el balón.
Sobria y confiada. Así fue la definición a lo Panenka de Sergio Ramos, con el cual Real Madrid sentenciaba la serie ante el Sevilla. Después de eso, el zaguero hizo un gesto con las manos que causó mucho fastidio en la casa sevillista, sin embargo, en la entrevista pos partido, se justificó.
"No he faltado el respeto a la afición del Sevilla, al revés, les pedí perdón a una parte, a la otra no. El Sevilla siempre será mi casa, me piten más o me piten menos. El sevillismo merece todo mi respeto pero los que se acuerdan de mi madre desde el minuto 1 no. El día que me entierren habrá dos banderas: la del Sevilla y la del Real Madrid".
Casi al final de la entrevista, Sergio Ramos mencionó a dos jugadores que han pasado por el Sevilla y luego se pasaron al enemigo de siempre, el Barcelona. "A Rakitic y Alves, que no han mamado de aquí, se les recibe como dioses. A mí, se acuerdan y me insultan a mi madre", sentenció.