Las ocasiones en que Gareth Bale no salía ni en lista para jugar LaLiga Santander era un claro aviso que Zidane no cuenta con él para la próxima temporada. El Real Madrid ya le había bajado el dedo por las constantes lesiones y bajo rendimiento que viene mostrando en las seis temporadas en las que está en el club. Si bien fue fundamental para la decimotercera Champions League, el desastre de esta temporada fue la gota que rebalsó el vaso
Y ya ni algunos goles o las ganas explícitas del jugador por seguir lo mantendrán en la plantilla que prepara el club para la próxima temporada. Eso lo tienen claro en la interna, pero surge un inconveniente muy importante para poderse desligar del jugador que aún tiene contrato hasta 2022.
El principal escollo es que no hay hasta el momento un oferta formal o avanzada por el jugador británico para llevárselo. Nadie lo quiere, al parecer, o por lo menos pagar su enorme sueldo: 17 millones de euros netos por temporada. Manchester United y Tottenham lo quieren, pero no están dispuestos a pagarle tal cantidad.
Es más, los 'Spurs', que jugarán la final de la Champions League ante el Liverpool, lo quieren de nuevo en sus filas, pero a modo de cesión. Es decir, a préstamo, con lo que tanto el club inglés como el Madrid se repartirían para pagar el sueldo del jugador. Esta es una opción, sí, pero la última que maneja el club si no llega una oferta formal por Bale.
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