Sergio Ramos abrió polémica este miércoles por una tarjeta amarilla ante Ajax, al parecer la habría buscado deliberadamente. La UEFA abrió este jueves un "expediente disciplinario" al capitán del Real Madrid, por las sospechas, algo que el defensa negó.
En la zona mixta, después del partido ganado por el equipo español por 2-1, el jugador andaluz de 32 años había dado a entender que ese había sido su objetivo, para estar suspendido en la vuelta de los octavos, antes de arriesgarse a recibir una suspensión en cuartos de final, aunque después aclaró que no había forzado la amonestación.
"Quiero dejar claro que me duele más que a nadie, que no he forzado la tarjeta, como tampoco lo hice contra la Roma en mi anterior partido de Champions League, y que apoyaré desde la grada como un hincha más con la ilusión de poder estar en cuartos", señaló Ramos en Twitter en la noche del miércoles.
Antes, en la zona mixta, el internacional español había dicho: "Viendo el resultado mentiría si dijera que no la he forzado, es algo que tenía presente y no es por subestimar al rival ni pensar que la eliminatoria se ha pasado, en el fútbol te toca tomar decisiones complicadas y lo he decidido así".
Según esta declaración, Ramos, que vio una tercera tarjeta amarilla que le impide jugar la vuelta de octavos, habría cometido la infracción de manera deliberada, una entrada dura al final del partido (89), para recibir la amonestación y empezar un nuevo ciclo de tarjetas en cuartos de final.
"En un partido son muchas tensiones, muchas sensaciones y muchas pulsaciones. Hay que tomar decisiones en segundos. Lo mejor de hoy es el resultado. Lo peor, no poder estar en la vuelta junto a mis compañeros por un lance del juego", añadió en Twitter tras el partido.
La UEFA no pareció quedar convencida con las explicaciones posteriores de Ramos: "Un expediente disciplinario se ha abierto (...) relacionado con las declaraciones realizadas por el jugador del Real Madrid Sergio Ramos", indicó la instancia europea en un comunicado publicado el jueves.