Necesitaba un gol para el pase directo a semifinales. Para evitar la tensión del tiempo extra y los penales. La euforia del gol de tiro libre de Cristiano Ronaldo desató la euforia de Zinedine Zidane que hasta rompió sus pantalones. El Real Madrid pasaba directamente a semifinales de Champions League.
El técnico francés reemplazó a Rafael Benítez en el cuadro merengue y hasta el momento no defrauda. Está entre los cuatro mejores de Europa y pelea una liga que parecía perdida con el Barcelona y el Atlético Madrid. El hincha que al inicio lo cuestionaba como estratega ahora lo aplaude y celebra con él.
El plan era claro para todos. Salir al ataque los primeros 20 minutos. Conseguir rápido el primer gol y meter en su arco al Wolfsburgo. Le tocó esperar hasta el minuto 16, cuando apareció el portugués Cristiano Ronaldo para anotar el primero. Un minuto más tarde empataba la serie.
Lo planeado resultaba. Empatada la serie, el Real Madrid pudo respirar. Descansar de la intensidad de los primeros minutos. No tomar riesgos. Un gol en contra significaba anotar en dos oportunidades más y la presión del tiempo le podía jugar en contra.
Los nervios, la ansiedad y la tensión terminaron con la eufórica celebración de Zidane. La que rompió sus pantalones. Y también la que lo pone a tres partidos de la ansiada 'orejona'. La que ya ganó como jugador del club blanco y ahora busca como estratega.
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