Al Manchester United le tocó iniciar un encuentro 'diferente' ante el Fenerbahce, ya que al primer minuto ya estaban en desventaja en el marcador. El replanteamiento de José Mourinho demoró en efectuarse 30 minutos, cuando exactamente mandó al campo a Zlatan Ibrahimovic.
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Paul Pogba fue el elegido para dejar el campo y cederle un espacio al delantero sueco, quien desde que entró a la cancha asumió que tenía el resultado en contra, y que, además de ello, está en peligro su posición en la tabla del grupo A.
Cualquier aficionado al buen fútbol conoce del temperamento del jugador de 35 años, un comportamiento que nunca planea ocultar, todo lo contrario, lo expresa con acciones, actitudes y hasta con declaraciones a diversos medios de comunicación, siempre dejando en claro que 'él es el mejor'.
A los 38 minutos del primer tiempo, un balón dividido entre el sueco y el danés Simon Kjaer mostró un conato de pelea. La culpa la tuvo el jugador del United ya que él fue el responsable de la falta, sin embargo cuando lo encararon, se molestó.
Lo peor de todo llegó cuando el mismo árbitro principal del partido, Milorac Mazic, se acercó a Zlatan y lo tocó para retirarlo del tumulto, este último se enojó y le retiró la mano como demostrándole que no le gusta ser tocado por nadie.
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