El Paris Saint-Germain anunció hoy el fichaje por cinco temporadas de Ousmane Dembélé, una incorporación que se daba casi por hecha desde hace días pero que no se oficializó hasta este sábado. El atacante, de 26 años, llega procedente del Barcelona, donde ha pasado los últimos seis años, a cambio del pago de su cláusula de rescisión de 50 millones de euros. Su aterrizaje en París se produce en medio del culebrón sobre el futuro de la gran estrella de su nuevo equipo, el delantero Kylian Mbappé.
Ha sido precisamente el prodigio de Bondy uno de los primeros jugadores del PSG en celebrar la llegada de Dembélé. A través de un mensaje que no tardó en viralizarse en las redes sociales, el crack galo le dio una calurosa bienvenida al ‘Mosquito’ y ya quiere jugar con él como en la selección.
“Bienvenido a tu casa hermano. Muy feliz de verte aquí. ¡Empieza la aventura!”, ha publicado Mbappé en su cuenta de Instagram. El delantero francés ha posteado una foto de Dembélé posando con la camiseta del PSG, alegrándose de su llegada.
Si bien se trata de la primera vez que jugarán juntos a nivel de clubes, Dembélé y Mbappé ya demostraron que llevan una gran relación tras compartir vestuario en la selección de Francia. Ambos hicieron historia en 2018 al ganar el Mundial de Rusia.
“Estoy encantado de fichar por el París Saint-Germain y estoy impaciente por jugar en mi nuevo club”, expresó Dembélé en un comunicado difundido este sábado por el PSG. ”Espero seguir creciendo aquí y hacer que todos los aficionados del club se sientan orgullosos”, agregó.
Formado en el Rennes bretón, que le fichó con 13 años, Dembélé llega a París con un palmarés de tres Ligas (2018, 2019 y 2023) y dos Copas (2018 y 2021) con el Barça y otra más (2017) con el Borussia Dortmund, donde pasó una temporada antes de su periplo español.
En el Barcelona, a donde llegó en 2017 por 100 millones más 40 en variables, no llegó nunca a estar a la altura de las expectativas, con lesiones y críticas por su estilo de vida poco profesional.
Con la Selección francesa se convirtió en uno de los fijos de Didier Deschamps y comenzó como titular el Mundial de Rusia, pero tras el primer partido perdió ese puesto y ya no lo recuperó. Volvió a ser titular en el Mundial de Qatar, aunque no dio un salto decisivo de calidad y peso en el equipo.
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