El amor por Lionel Messi no sabe de locuras. Una de ellas la ha protagonizado Matías Agustín Rojas, un argentino que voló más de 10 mil kilómetros a París para competir en el Mundial de Peluqueros y aprovechó la oportunidad para conocer la mansión del capitán de la Albiceleste en la capital francesa. Aunque no solo eso. El hombre nacido en Santiago del Estero le dejó un espectacular regalo que fue recibido por la misma esposa del futbolista del Paris Saint-Germain: Antonella Roccuzzo.
Todo comenzó cuando Matías Rojas, antes de viajar a París para el Mundial de Peluqueros, decidió llevarse de argentina un bombo personalizado de Lionel Messi. En el instrumento se puede ver el retrato del rosarino con la camiseta de la Selección Argentina y la cinta de capitán en el brazo izquierdo. Simplemente espectacular.
Fue entonces cuando Rojas decidió prestarse una bicicleta, colgarse el bombo y manejar 10 kilómetros hasta la casa de Messi. Contra todo pronóstico, llegó a su destino, tocó el timbre y de la mansión salió Antonella Roccuzzo. La esposa del ‘30′ del PSG recibió el regalo y terminó tomándose una foto con el peluquero. No lo podía creer.
Tras el encuentro con la esposa de Messi, el santiagueño agradeció el apoyo que recibió de sus familiares y amigos. “Quería agradecer a todos los que hicieron posible este sueño, espero no olvidarme de nadie. Agradecer a mi familia por apoyarme siempre, a mis clientes, a la escuela de Unión de Peinadores por integrarme al equipo argentino, a las marcas que me ayudaron en el viaje en todo momento, a todos los sponsors, y a cada una de las personas que me ayudaron y depositaron dinero en mi cuenta. Esto es de ustedes”, inició el mensaje.
“A mis clientes de la ciudad de Salto y amigos de la ciudad de Loreto y a todo el pueblo santiagueño. A mi pueblo de Salavina que siempre me dieron una mano, a mis compañeros de equipo, a nuestro entrenador y a mi colega y gran amigo que me acompañó y que estuvo en todo momento aquí en París al lado nuestro para lo que necesitaba. A todos los maestros que tuve y a todos los colegas de Argentina, esto es de ustedes también”, añadió.
Y finalizó, visiblemente emocionado: “La peluquería no es una profesión cualquiera. Ojalá algún día tengamos el apoyo del Gobierno para que puedan cumplir el sueño de muchos profesionales: llegar a lo más alto de esta hermosa profesión. Yo lo logré y todavía no lo puedo creer. Me tiemblan las manos al escribir este texto”.
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