Este domingo, Leicester salvó un 2-2 ante el West Ham en un partido plagado por los errores arbitrales, como el penal que le cobraron al equipo de Ranieri y que fue convertido por Ulloa a 10 segundos del final. Así como las fallas, también hubo aciertos.
Y uno de ellos fue sin duda la roja que Jamie Vardy vio apenas a los primeros minutos del segundo tiempo. El goleador de los 'Foxes', que había marcado el 1-0 a los 18', se lanzó al área del West Ham de una forma tan exagerada que el árbitro lo entendió como un 'piscinazo'.
A pesar del desconcierto de Ranieri y el abucheo del King Power Stadium, Vardy se llevó la roja y dejó a su equipo en desventaja de cara a los últimos minutos, tiempo que fue aprovechado por el West Ham para clavar dos goles en tres minutos a través de Carroll y Aaron Creswell.
"La expulsión cambió el partido", dijo el técnico italiano dle Leicester Claudio Ranieri, que evitó criticar al colegiado. "Yo juzgo a mis jugadores, no al árbitro. El árbitro no es mi problema", agregó.
A tiro de campeón.
Leicester vio finalizada su racha de cinco partidos consecutivos saldados con victoria y sin encajar un solo gol, pero el punto sumado puede resultar valioso a falta de 12 en juego, toda vez que moralmente reforzará a los hombres de Ranieri por la forma en que se consiguió.
Mira el resumen del empate de Leicester.
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