Transcurría el partido y el Borussia Dortmund ya ganaba 2-0 al Liverpool y, en las suposiciones alocadas que intercambias con tus compañeros, estaba la de una posible remontada igual a la que consiguió en esa recordada Champions League de la temporada del 2004/05.
Pero Liverpool lo hizo. Esos goles que tenía que anotar para poder clasificar a la semifinales de la Europa League fueron anotados. Esas almas que tenían que alentar a los jugadores alentaron. Y el técnico que tenía que vivir el partido lo vivió.
Cambiamos Anfield de Liverpool por el Olímpico de Atatürk de Estambul. Ponemos al AC Milan en vez del Borussia Dortmund y, sobre todo, nos situamos en una final de Champions League. Ese fue el escenario del partido más recordado por los fanáticos de los 'Reds'.
Dudek, Finnan, Carragher, Hyypia, Traoré, Xabi Alonso, Gerrard, Luis García, Riise, Kewell y Baros eran los encargados de disputar la final contra el gran equipo del Milan, que venía demostrando una superioridad importante en Europa.
El pito del árbitro dio comienzo al encuentro y así, como quien prende y apaga la luz, Liverpool recibía de Maldini el primer gol en el minuto inicial de juego. La idea de contrarrestar a los delanteros del Milan se cayó cuando apareció el defensor.
Luego, el argentino Hernán Crespo apareció como resultado de la férrea marca a la figura y goleador del cuadro italiano, Andriy Shevchenko. Dos anotaciones en el minuto 39 y 44 del primer tiempo sepultaban las ilusiones del Liverpool, que no despertaba.
Rafael Benítez no entendía. Gerrard menos, y los hinchas ingleses no podían creerlo. Pero todos querían, y así como un despertar salieron a la cancha con todos los sentimientos posibles, excepto el del fracaso. Ese día Liverpool no quería ser el segundo. Su historia se lo impedía.
El capitán ingles, hoy en Estados Unidos, se encargó de cabeza que la ventaja italiana se disminuya a dos. Smicer, el jugador que no está acostumbrado a brillar no olvidará el día en que su gol levantó a todos los hinchas del Liverpool. Xabi Alonso, aprovechando el rebote del penal que falló, puso el empate que prácticamente se volvió una victoria para los del Reino Unido.
La confianza que obtuvieron los de Liverpool tras empatar el partido convirtió en frustración y temor los pensamientos de los jugadores del Milan. Tanto así que hicieron fallar un penal al gran Andrea Pirlo. Minutos después de ese error, los de 'Rafa' Benítez celebraban su quinta Champions League, tras una remontada espectacular.
Hoy día Liverpool recordó que es grande. Y como tal demostró que a veces la jerarquía hace más que un marcador en contra o una crisis futbolística. Los aficionados ingleses podrán comparar los distintos sentimientos de hoy con los que vivieron hace once años. Se lo merecen.
Por: Eduardo Zanieduardo.zani27@gmail.comEn Twitter: @EduardoZaniT*
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(EZ)
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