El inicio del 2019, en Inglaterra, marcó un hito en la Premier League. Cuando el Liverpool parecía tener todo para consagrarse campeón del torneo por primera vez en su historia (le sacaba siete puntos al segundo), una derrota ante el Manchester City en Etihad cambió la dinámica de dos equipos que no dejaron de remar hasta la fecha 38. El final lo conocemos todos; los ‘reds’ se quedaron sin tocar la gloria en casa, pero sí lo hicieron en Europa; mientras que los ‘citizens’ revalidaron el título, algo que no hacía nadie desde el Manchester United en el 2010.
Tras una pretemporada sin tanto movimiento para los dos equipos que parten como grandes favoritos, la mejor liga del mundo para muchos vuelve a tomar forma con un reto mayúsculo para el técnico alemán, pero también para su rival a vencer, Pep Guardiola. Uno con la oportunidad de codearse con los mejores estrategas de la historia en Anfield y el otro con la tarea de seguir manteniendo niveles casi perfectos para lograr la tercera al hilo por primera vez en la vida del club que ahora defiende.
En fondo de plantilla es indudable señalar que el cuadro ‘skyblue’ parte con cierta ventaja. La posibilidad de haber sumado a dos piezas clave para completar el rompecabezas como Rodri y Joao Cancelo le dan al técnico catalán mayores posibilidades para estructurar el XI base en un torneo tan largo como es el de primera división. Klopp, que no movió el mercado, se queda con el equipo del año pasado encontrando en el tridente ofensivo la mayor carta ganadora (Mané y Salah fueron los goleadores de la temporada 2018/19) para competir ante el ‘cuco’.
Superar la perfección
Sería mezquino señalar que el Liverpool no mereció ser campeón en la última temporada. Con 97 puntos y solo un partido perdido parece de locos que no haya podido tomarse la foto en el primer lugar de la tabla tras 38 fechas, pero al lado tuvieron a una máquina de regularidad como es el Manchester City, que en los últimos dos años ha sumado 197 unidades.
Porque, como dije antes, para esta nueva temporada los ‘reds’ no han sumado a ninguna estrella que pueda ser factor diferencial con respecto al último curso y la clave, entonces, estará en hacer lo mismo teniendo un poco más de suerte. Sí, suena a un análisis muy vago, pero el equipo de Klopp ya demostró que tiene todo: maneja muy bien las transiciones con laterales de mucha proyección (Robertson y Alexander-Arnold) y evolucionó en el juego de posición –algo que al entrenador le costaba más en su etapa en Borussia Dortmund– con una pieza fundamental para ello como es Roberto Firmino y sus constantes apoyos en el medio del campo.
La seguridad en defensa –algo que le costó antes de la llegada de Van Dijk– también aumentó con el holandés y el arquero brasileño Alisson. Todo eso permitió que en Anfield se conectaran nuevamente con la mística de un club histórico y que los jugadores se sientan atraídos por un proyecto deportivo que parecía perderse en el tiempo tras la salida de Rafa Benítez en 2010.
Un título de Premier, entonces, puede terminar de explotar ese oro escondido que parece estar escondido en los subterráneos de un estadio tan glorioso como el del Liverpool. Pero, como es obvio, tendrán que tener esa pizca de azar (el despeje de John Stones en la línea de gol en aquel partido en Etihad, por ejemplo) para poder superar lo que ya parecía ser perfecto.
Un jalón de orejas
Desde que dejó el Barcelona, a Pep Guardiola se le han venido encima muchas veces por sus constantes ‘fracasos’ (sí, lo pongo entre comillas) en la Champions League. En el Bayern Múnich no pudo hacerlo en tres temporadas y ahora, en el Manchester City –club que nunca la ha ganado– podría convertirse en un personaje histórico si logra llevar la ‘Orejona’ al lado celeste de Manchester.
Las casas de apuestas lo apuntan como principal candidato para la temporada que está por empezar y tienen motivos. Los equipos del catalán dominan de principio a fin, anotan muchos goles y reciben pocos; pero la suerte que le faltó al Liverpool en la Premier es la que parece faltarle al City en la competición continental en los últimos años.
Tras ganarlo todo a nivel doméstico, las miradas apuntan a que la 2019/20 puede ser un reto para Guardiola, pues sería momento de enfocar todas sus fuerzas en la Champions. Eso, al fin y al cabo, puede ser un alivio para sus rivales a nivel local; sin embargo, es un poco contradictorio si conocemos los métodos de trabajo del entrenador español.
Si algo tienen como factor diferencial los equipos de Pep, además de la posesión de balón, es la regularidad. Un ganador de ligas de forma brutal (ha ganado ocho de las diez que ha disputado) lo demuestran de esa forma, por lo que sus planes, si quiere ganar la ‘Orejona’ pasarán por conectar a sus futbolistas en una competitividad absoluta durante todo el curso.
Vamos a ver, con el transcurso de las semanas, como termina siendo la metodología del Manchester City en una nueva temporada donde puede volver a romper récords. En frente tendrá a un Liverpool que querrá bajarlo de la nube y a una Champions que lo mira de reojo, como pidiéndole que deje a un lado el torneo local solo por esta vez.
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