Hacer parecer fácil lo difícil es el secreto del éxito en el fútbol, dicen. Lo sentimos en el Barcelona de Guardiola o en el Brasil de Tité en las últimas Eliminatorias. Pases, despliegues, desbordes y un vendaval de goles son la marca registrada de un Manchester City que no acapara las luces en Europa que debería, pero que ha demostrado un nivel superlativo en lo que va de la temporada.
Denominar a un equipo como el mejor o el peor es difícil, pero más complicado es encontrarle algo negativo al City de Guardiola. ¿Qué es lo que hace mal? Si nos ceñimos a los números, los de Manchester solo han perdido un partido. Fue ante el Shakhtar Donetsk en el último partido de la Champions League. Luego, salvo un empate en la Premier League, todo fue victoria para los dirigidos por el DT catalán.
Pero si somos románticos y queremos ver más allá de los números, el City nos muestra una sinfonía efectiva en todos sus partidos. Es como un concierto de tu grupo favorito donde solo tocan las canciones que más te gustan. Desde Ederson hasta Agüero. Todo funciona en el equipo inglés.
Tiene toda la gama de centrales. Kompany, Stones, Mangala y Otamendi. Para todos los gustos y colores. Las bandas con Walker, Danilo, Mendy y Delph, este último improvisado por la lesión del francés, atacan y defienden y casi nunca dejan espacios.
Una delantera formidable con Agüero, Gabriel Jesus, Sterling y Sané. Pero sin duda, los más hermoso, es el mediocampo. Pura magia. Silva, Fernandinho, Gundogan, Bernardo Silva, y Kevin de Bruyne, siendo este último el mejor de la Premier League. No se equivoca.
Que el Madrid tenga a Cristiano, Barcelona a Messi y PSG a Neymar es un aspecto muy importante a cuidar. Sin embargo, Manchester City tiene un equipo sólido que ya viene trabajando desde la temporada pasada, donde los ingleses dejaron mucho que desear. Pero todo da vueltas. Hoy por hoy, son los favoritos a llevarse la Champions League. El mejor arranque de la historia puede ser el inicio para convertirse en el mejor equipo de la historia. Quizás.