El fútbol inglés quiere cambiar de rostro, necesita dejar de hacerle creer a los jugadores que participan que son todopoderosos ante los árbitros, es por ello que la Premier League, en conjunto con la FA (Asociación de Fútbol de Inglaterra) y las divisiones inferiores a la máxima liga, aprobaron un paquete de normas que entrarán en vigencia desde el inicio de la temporada 2016-2017.
Una de las principales razones por la que se aplicarán estas medidas es porque no quiere que su fútbol sea trabado y tenga muchas intervenciones, por lo que se busca informar a los jugadores que todo tipo de confrontación o violencia en contra de los árbitros será desterrada.
"Hay cosas que pasan en el calor del momento en un fútbol que es muy rápido y altamente competitivo. Todavía queremos ver la pasión que los aficionados disfrutan y demandan, pero los jugadores y entrenadores deben estar conscientes que hay líneas que no se deben cruzar", indicó Richard Scudamore, máximo representante de la Premier League.
Las infracciones que serán merecedoras de amarillas son las siguientes: comportamiento visiblemente irrespetuoso hacia cualquier oficial; reacción agresiva a las decisiones; confrontar cara a cara a un árbitro: correr hacia un árbitro o juez de línea para rebatir una decisión; lenguaje ofensivo o abusivo y gestos contra los árbitros del partido; contacto físico, sin agresión, con cualquier árbitro; y amonestación a por lo menos un jugador cuando dos o más miembros del equipo rodean a un árbitro.
Pero eso no es todo, también existen infracciones que son consideradas de mayor rango y aplican para una tarjeta roja: confrontar directamente a un árbitro y utilizar insultos, lenguaje ofensivo y abusivo o gestos hacia él; y el contacto físico agresivo o amenazante contra un árbitro.
Estas reglas aplicarán para todas las divisiones del fútbol en inglés (por el cual se está pagando 8 millones de dólares a nivel mundial para ser visto) y la primera liga en asumirlas será la Community Shield o Supercopa inglesa que enfrentará al Lesicester City (campeón de la Premier League) contra el Manchester United (campeón de la Copa FA) el 7 de agosto.
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