Lo hizo otra vez. volvió a dejar otro salto para la historia. El delantero portugués ‘despegó' nuevamente para completar su doblete en el triunfo de por la Serie A. ‘CR7′ dejó a los defensores abajo tras un brutal salto, que incluso lo puso en un momento por encima de la línea del balón.

Cristiano, en otros saltos como ante la Sampdoria en 2019, ha llegado incluso a alcanzar una altura de 2,56 metros antes de cabecear el balón y festejar, es decir, aquella vez logró despegarse 71 centímetros del suelo.

La destreza física del delantero luso no es una novedad. Desde que explotó futbolísticamente en el Manchester United varios expertos se han referido a las ventajas que logra sacar sobre los rivales por dos principales razones: entrenamiento y genética.

Respecto a lo primero, el portugués es tal vez uno de los deportistas más metódicos y estrictos que existen, con una rutina de ejercicios que sigue y cuida al detalle todos los días. Ya en el 2014, el médico José González, quien se dedica al cuidado de futbolistas profesionales, explicó en diálogo con ABC cómo hace Ronaldo para ‘volar’.

El salto se puede entrenar y Cristiano lo hace con ejercicios de fuerza, de flexibilidad y pliométricos, que son trabajos explosivos en corto espacio de tiempo para aumentar la potencia, la velocidad y la coordinación aerodinámica. Pero para cabecear a esa altura tiene que haber una genética”.

“Hay que ejercitar el glúteo mayor, el músculo semi membranoso, el semi tendinoso, el bíceps femoral (los tres situados en la parte trasera del muslo), el cuádriceps (en la parte delantera) y por supuesto el tríceps (parte trasera de los brazos). Aunque también intervienen los músculos espinales, el pectoral y el deltoides, pero los principales son los citados antes”, añadió.

González remarcó por aquel entonces que Ronaldo no solo trabaja en el gimnasio y en el campo de juego, sino también en la piscina: “Es lo mejor para sus músculos. Realizar ejercicios en el agua debería ser obligatorio después de los entrenamientos, con el fin de llevar a cabo estiramientos y relajar la musculatura”.

“Lo llevo diciendo treinta años, pero muchos jugadores no lo hacen y los técnicos deberían exigirlo. Son baños de cinco minutos en agua caliente y luego tres minutos en agua fría, en otra piscina adyacente. Hay que repetir la operación varias veces”, explicó.

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