El mérito de Butrón en el fútbol nacional es desproporcionado al rendimiento de Gallese en el extranjero. En medio de una sed de triunfalismos, la opinión pública elogia la actualidad del arquero de Alianza Lima y olvida la realidad del único arquero peruano que compite contra delanteros de primer nivel en México. Cecilio Domínguez, Enner Valencia, Eduardo Vargas y otros más frente a Gallese; Ifrán, Carando, Montes y Mayora ante Butrón. ¿Comparable? Imposible. Entonces, ¿por qué pedimos a uno para la Selección y dudamos del indiscutible?
En el fútbol, y más en el tema del arco, no se entienden de razones cuando vemos cada fin de semana las innumerables tapadas de Leao bajo los tres palos, mientras que en cuando a Pedro apenas unos resúmenes de cinco minutos y el saldo desfavorable para Veracruz: derrota.
Gallese es insustituible para Gareca y debería serlo para cada uno de nosotros. ¿Acaso en el pasado ha habido arqueros peruanos que mantengan la titularidad afuera por más de un año? Podemos poner un reloj de arena y nos tardaríamos una vida para descifrarlo. Y es que no lo hay. Agilidad, potencia de piernas, reflejos y buena lectura de juego. Todo eso posee Gallese.
La Selección puede ser un símil de lo que es Veracruz en la actualidad. En equipo de media tabla para abajo con aspiraciones para cada partido. Lo es también en oportunidades de gol y disparos a propia puerta. Gallese vive una realidad semejante a la de Perú. Choca contra equipos más fuertes y trata de mantener el arco al menos con un gol por partido. Y así lo es. Gallese es más que Butrón por donde se le vea. No lo opuesto. Las decisiones de Gareca siempre han sido entendibles. No se equivocó con Cueva, tampoco con Gallese en el arco de la Selección.