Andriy Shevchenko ganó el Balón de Oro en 2004. (Foto: AFP)
Andriy Shevchenko ganó el Balón de Oro en 2004. (Foto: AFP)

Su nombre está ligado a la historia moderna del y la selección ucraniana. Multicampeón y ganador del Balón de Oro en 2004, forjó su legado no solo a punta de goles, sino también a base de un carácter inquebrantable producto de hechos históricos que marcaron su vida, como el duro momento en que explotó el reactor 4 de Chernobyl y la pérdida de amigos de infancia.

El ahora entrenador de la selección de Ucrania acaba de publicar su nuevo libro titulado ‘La mia vita, il mio calcio’, el que escribió junto al periodista italiano Alessandro Alciato y en entrevista con el diario ‘Corriere Della Sera’, adelantó algunas revelaciones.

Espero no sorprender a nadie si digo que todo me parecía normal. Yo tenía diez años. Me divertí como un loco jugando al fútbol en todas partes, me llevaron a la academia del Dinamo Kiev, pero luego explotó el reactor 4 y nos llevaron a todos”, expresó Shevchenko sobre Chernobyl.

Ocurrido en 1986, se trata del accidente nuclear más severo de la historia y dejó un saldo de 31 muertes directas y más de un centenar de fallecimientos a largo plazo.

Shevchenko nació en Dvirkivshchyna, una ciudad ubicada a poco más de 200 kilómetros de la central nuclear que explotó. Por ese entonces, el ex futbolista tenía nueve años y vivió muy de cerca las consecuencias del trágico hecho.

El exfutbolista de 44 años se sinceró y relató cómo fue el momento de la evacuación tras la explosión.

Aún siento angustia, llegaron autobuses de la URSS y nos llevaron a todos los niños entre seis y 15 años. Me vi a 1.500 kilómetros de casa y recuerdo vivirlo como si estuviese en una película”, recordó sobre lo sucedido.

Perdió a sus amigos

Shevchenko también reveló otro de los momentos más duros de su vida, y que ocurrieron precisamente tras lo sucedido en Chernobyl, la pérdida de varios amigos de infancia en Keiv.

En mi barrio empecé a tener cada vez menos. Murieron todos, no por radiación, sino por alcohol, drogas, problemas con armas... Las grietas en el muro de la URSS eran cada vez más grandes. El mundo que conocíamos se derrumbaba y mis amigos, como toda mi gente, ya no creían en nada y se perdieron. El amor de mis padres y el fútbol me salvaron”, declaró.

Recibe : te enviaremos el mejor contenido deportivo, como siempre lo hace Depor.

TE PUEDE INTERESAR

VIDEO RECOMENDADO