Mientras que, para un delantero, el gol viene a ser como el oxígeno para vivir, para un defensa como Christian Ramos, el tema pasa por 'apagar incendios' y evitar que los atacantes queden mano a mano con su portero. Y la ‘Sombra’, cumpliendo esas obligaciones, se ha convertido en pieza clave en Emelec, donde hoy es habitual titular.
Para algunos será fácil quedarse solo con el recuerdo del penal fallado ante San Lorenzo no hace mucho. Peor aún si ese remate costó la eliminación de la Copa Libertadores. O con la desafortunada infracción ante el líder Delfín, ayer por la liga, que generó su expulsión cuando mejor estaba el equipo para empatar el encuentro.
Pero hay que mencionar que el futbolista de 28 años fue una de las figuras en ese partido en el Nuevo Gasómetro, en el que ganaron y forzaron la definición desde los doce pasos. Y también que ha influido en el orden defensivo de los 'Eléctricos' en los últimos cotejos de la Primera de Ecuador. Siempre está atento a las jugadas, se muestra anticipativo, y es el nexo frecuente para pasar el balón de un lado a otro. Es lo que llaman el último hombre.
Tras un discreto paso por Gimnasia y un tibio primer semestre en Emelec, Ramos se ha ganado la confianza de su DT. A estas alturas, incluso, es el líder en esa joven defensa. Sin un juego vistoso, más bien simple –mandando la pelota a la tribuna cuando lo amerite, o saliendo con un pase corto–, el peruano viene mostrando que su rendimiento puede llegar a ser todavía mejor. Del mismo modo en que lo ha hecho en la Selección, donde ha respondido a las expectativas con buenas notas.
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