Eran las lágrimas de un goleador, las lágrimas de un delantero que interpuso su dolor para seguir en la final de la Eurocopa. Cristiano Ronaldo fue a ponerse una venda, quería darle el primer título a su selección y reingresó de inmediato al Stade de France.
Nadie lo podía creer en el estadio. ¿Cómo podía mantenerse de pie? El delantero del Real Madrid recibió un pase y ni siquiera pudo controlar el balón. Minutos después, pasaba la escena de terror para todos los hinchas lusos: se tendía en el suelo y pedía el cambio.
Cristiano Ronaldo fue llevado en camilla entre lágrimas, mientras todo el estadio aplaudía la salida de una de las figuras del mundo. Ante el dolor y las lesiones, las hinchas supieron rendirle tributo a la intención de Ronaldo de seguir en el campo.
En ese momento, no existían hinchas de Francia ni de Portugal. Todos querían ponerse de pie y rendirle un homenaje al crack de Portugal. ¿Por qué lo hacían? Porque más allá de rivalidades, la intención de seguir luchando por su país era digno de aplaudir.
La lesión de Cristiano Ronaldo a la rodilla izquierda es recurrente. Es la misma que en el Mundial 2014 no lo dejó brillar y que en el 2015 lo tuvo a mal traer con el Real Madrid. Pese al tiempo y ser atendido por los mejores médicos, el crack no ha logrado superar este problema.
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