Inicia una nueva fecha doble de eliminatorias rumbo a Rusia 2018. Perú, Bolivia y Venezuela se mantienen en el fondo de la tabla y, para muchos, son los eliminados prematuros, condenados nuevamente a ver el Mundial por televisión. El resto de selecciones todavía conserva una clara chance de terminar entre los cinco mejores y pelear por la clasificación.
Del país más estudiado, las soluciones nunca llegan. Aferrado al 'sí se puede', el aficionado empieza a alentar con la esperanza de que al final de los 90 minutos, no llegue el mismo mal sabor de boca, la decepción de siempre o el silencio de un estadio que conmovía por su aliento minutos antes de un partido.
La ilógica del fútbol tal vez le dé la razón. Sí, vamos por los seis puntos, aunque con cuatro o tres tampoco nos sentiremos tan mal. Sin embargo, con dos o uno seguramente reaparecerá la molestia y nos llegará otra crisis, de esas acostumbradas en donde hay que cambiar todo: los dirigentes no sirven y la continuidad de Gareca será discutida otra vez. Como sucedió con Markarián, Del Solar, Autuori, Maturana y Oblitas, aparecerán los defensores de estos y los que clamen por su destitución, escudándose en el resultado. El círculo vicioso al que ya estamos acostumbrados en cada proceso eliminatorio.
Y de otro lado, los elogios a los Ruidíaz o Cueva por sus goles anotados cada fin de semana, serán reemplazados por la pregunta hecha mil veces a Pizarro y compañía en Eliminatorias anteriores: ¿por qué allá sí y aquí no?
Sucede, quizás, que esa alegría por ver 'triunfar' a nuestros compatriotas afuera, para muchos de nuestros rivales directos, dejó de ser una novedad; para ellos es una alegría multiplicada que semana a semana sobrepasan a sus titulares y bloques deportivos, el trabajo de sus periodistas consiste en rescatar lo que más trascendió, las mejores actuaciones.
Los hinchas rivales ya se acostumbraron a mirar a sus compatriotas en las principales ligas del mundo. Muchos de ellos tienen diez Guerreros en algunos casos, o veinte Ruidíaz en muchos otros, así que, de nuestra parte, mejor no notarlo, perdemos por anticipado. Aquí, mientras tanto, la buena racha de nuestros jugadores afuera muchas veces no puede llenar una página o un par de minutos en el noticiero matinal. Son pocos los futbolistas peleando en ligas competitivas. De los convocados, ninguno juega en los cuatro torneos más importantes del mundo: Alemania, Inglaterra, Italia o España. Para nuestra suerte, en el fútbol nada está dicho de antemano. Si el fútbol fuera lógico, Perú no clasificaría al mundial.
Más allá de apasionamientos o de la esperanza que inevitablemente surge mientras escuchas tu himno nacional, toca presentar números. Quizás una de las principales razones por la cual, nuevamente, no veremos la bandera peruana en el césped de algún estadio de Rusia, previo a quedar en silencio, presos de esa sensación inexplicable en donde escuchas las primeras notas de tu himno en una Copa del Mundo. La estadística en donde Perú queda en último lugar en esta fecha doble.
Futbolistas convocados que juegan en las principales ligas de Europa
Continuando con el juego numérico periodístico, mostramos un dato que podría tenerse en cuenta también, el número de jugadores que juegan fuera de su país por cada una de las selecciones. Cifra para tomar en cuenta, aunque con la salvedad de que en muchos equipos, futbolistas optaron por ir a una liga menos competitiva que la de su país, por ejemplo China o la MLS.
Futbolistas convocados que juegan en el exterior
Los números muchas veces son así de crueles, no creen en hinchajes, besos al escudo de tu país, mensajes de 'te amo Perú' o posteos en redes sociales repletos de orgullo al ver que tus jugadores lo dieron todo, aunque perdieron.
La proximidad de un partido nos hace ser más superficiales al momento del análisis, algo inevitable en cualquier fanático de este hermoso deporte. De allí nacen los 'nada que reprocharles' a un equipo que cae derrotado de pie o el patriotismo efímero ante cada fecha eliminatoria o partido por Copa América. Lo preocupante es el después, donde caemos todos (hinchas, periodistas, dirigentes, jugadores y técnicos) en el cortoplacismo, en la búsqueda desesperada de una alegría que nos haga olvidar inconscientemente una derrota de nuestra selección. Gana Universitario o Alianza, hace gol Guerrero, Cueva o Ruidíaz y el fútbol vuelve a ser generoso con nosotros, seguimos siendo buenos y en la próxima fecha vamos por los seis puntos.
No tenemos una liga competitiva y cuesta creer que de un país tan diverso como el nuestro, ninguno de nuestros mejores jugadores logre estar en las 4 ligas más importantes del mundo. Los clubes peruanos tienen la inmensa fortuna de que su aficionado tenga en las raíces de su hinchaje el amor por su camiseta, enceguecido al presente, obvian exigirles practicar un juego de calidad; así les basta a los clubes con ser un pez grande en una pecera minúscula, casi imperceptible.
Pocos o ninguno de los jugadores que dieron la vuelta olímpica con su equipo al final de cada torneo logra emigrar, y es que muchos se chocan con la pesadilla de la Copa Libertadores. El eterno fantasma que nos hace retroceder cuando creemos ser competitivos a nivel internacional. Aquí otro número, solo dos equipos peruanos en casi 20 años han logrado pasar a cuartos de final de este torneo, Sporting Cristal en 1997 (subcampeón) y Garcilaso en 2013.
Solo una liga competitiva generará la posibilidad de aumentar el número de jugadores afuera. Allá tendrán más competencia y rivales mucho más fuertes que les permitirá evolucionar su juego, mejorar.
No garantiza llegar, sin embargo nos permitiría mejorar como equipo. Siempre hay que tener en mente estos tipos de indicadores. Sin indicadores no mides y si no mides, no mejoras. Acabaremos aferrados al 100% a la esperanza del 'sí se puede', en el clásico sentimiento de inferioridad sobre el rival.
Igual, mientras más cerca esté la fecha del partido, apostaremos a que la ilógica del fútbol no nos traicione nuevamente, que no nos golpeé como lo ha hecho en las últimas 'ene' eliminatorias. Sí se puede…
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