Con una ventaja de tres goles que no consiguió en el campo de juego sino por un fallo de Conmebol, Independiente se dio hasta el lujo de dilapidar un penal en el 0-0 ante Santos de Brasil el martes, que selló su pase a los cuartos de final de la Copa Libertadores.
El encuentro fue suspendido por hechos de violencia entre hinchas locales y la policía a diez minutos del final en el estadio Pacaembú de Sao Paulo, en medio de un clima de alta tensión por el anuncio apenas nueve horas antes de que al Santos se le daba por perdido 3-0 el partido de ida jugado en Buenos Aires hace dos semanas por la inclusión indebida del volante uruguayo Carlos Sánchez.
El primer partido también había finalizado sin goles, pero la Conmebol constató a partir de un reclamo de Independiente que Sánchez debía una fecha de suspensión desde noviembre de 2015 cuando jugaba para River Plate.