Todos han querido buscarle una explicación a que Lionel Messi haya renunciado de manera inesperada a la Selección de Argentina dentro de todo ello, la única persona que, a aparte de sus padres, lo ha acompañado durante toda su vida profesional, a tal modo de entender qué es lo que el astro siente cada vez que gana o es derrotado, esa persona es Antonella Rocuzzo, su pareja.
A diferencia del Mundial Brasil 2014, campeonato que también se le escapó a 'Lio' de las manos tras la final ante Alemania, Rocuzzo no estuvo cerca a su esposo durante la Copa América Centenario; es más, ella recién viajó cuando el combinado albiceleste ya tenía un lugar en la final de dicho certamen.
Pasó lo que es sabido por todos, Argentina cayó y Messi expresó el dolor de un país que se caracterizaba por ser laureado, pero que hoy en día no goza de ello. La tristeza se acrecentó con aquel abrazo desgarrador que le brindó su pareja, las lágrimas de su hijo se unieron a las suyas. El delantero argentino, por más que muestre un fútbol de otro planeta, es humano.
Ella sabía muy bien lo que el hombre que la acompaña hace aproximadamente 20 años sentía; la hora de partir era impostergable. Mientras la selección volvió a su país por medio de un vuelo privado, ella tuvo que hacerlo en uno de línea. Una pasajera se le acercó y le pidió que aconseje a su esposo que no haga caso a las críticas porque quienes lo hacían eran pocos, Rocuzzo respondió: "Sí, son pocos, pero pesan".
Con esto se entiende que la renuncia no se maneja por un tema de cuántos lo critican, sino de quiénes son. Han podido ser seres cercanos, exfutbolistas, entrenadores, periodistas, u otros, pero si a la hora de que él falle se acudirá a todos ellos para que lo critiquen, obviamente el peso de la responsabilidad por estar al mando de una generación es más de lo normal.
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