Conmebol anunció hace algunas semanas que la Copa América 2021 se jugaría en Brasil a pesar de las constantes críticas que existen por el complicado momento que vive el país ante la pandemia por coronavirus (COVID-19). Más de un futbolista de la selección brasileña se mostró en contra de la decisión; sin embargo, tendrán que ser parte del torneo que comienza este domingo para emoción de algunos y tristeza de otros.
El que los jugadores den el visto bueno, ha terminado de desatar una enorme ola de comentarios en contra. El último de ellos fue Walter Casagrande, exseleccionado de la ‘Canarinha’ que incluso los llamó “cobardes” a toda la plantilla que dirige Tité.
El atacante que defendió los colores de Brasil en la Copa del Mundo de 1986, explicó que para los actuales deportistas le dan prioridad a los medios digitales. “A estos chicos lo único que les importa es aparecer en las redes sociales mostrando sus grandes casas y sus espectaculares autos”.
El futbolista que se inició en el Corinthians y jugó en el Porto y en Italia, antes de regresar a equipo de origen y pasar luego por Flamengo, explicó en una carta publicada por el sitio web de Globo.
Casagrande cree que a los futbolistas de Brasil no les importa la salud de la población. “La actitud de los jugadores de jugar la Copa América es un acto cobarde y muestra que los jugadores no estaban preocupados por la grave situación sanitaria que hay en el país, sino en cuidarse ellos mismos. Todo se arregló con la renuncia de Caboclo [ex presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol]”, dijo.
“Esta es una generación de jugadores de fútbol más alienada que vi desde los años 80. Lo único importante para ellos es estar en las redes sociales, mostrando sus grandes mansiones y sus autos potentes″, finalizó.
El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, afirmó que la celebración de la Copa América en el país “no es un riesgo” para la población, pues los protocolos de seguridad sanitaria elaborados para el torneo “son seguros”.
“El riesgo para la población es el mismo, con o sin Copa”, pues las 650 personas que se calcula que sumarán las delegaciones, entre futbolistas, técnicos y personal de apoyo, “estarán aisladas” en sus hoteles y sólo saldrán en autobuses “controlados” para entrenarse y dirigirse a los estadios en los que se jugarán los partidos.
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