La indignación es inmensa. Al menos 32 niños figuran entre las 125 personas que murieron el último fin de semana en Indonesia, en una de las peores catástrofes de la historia del fútbol, cuando las fuerzas de seguridad dispararon gas lacrimógeno en un estadio repleto de espectadores, desatándose una estampida, según ha reportado este lunes las autoridades del país asiático.
“Según los últimos datos que hemos recibido, de las 125 personas que murieron en el accidente, 32 eran niños, siendo el más joven un niño de tres o cuatro años”, declaró a la AFP Nahar, un funcionario del Ministerio del Empoderamiento de la Mujer y la Protección de la Infancia.
En tanto, el presidente indonesio, Joko Widodo, ordenó indemnizar a los familiares de las víctimas. “Como señal de condolencia, el presidente donará 50 millones de rupias [3.200 dólares] por cada víctima fallecida”, dijo el ministro jefe de Seguridad, Mahfud MD, en una rueda de prensa, añadiendo que el dinero se entregaría en uno o dos días.
¿Qué pasó en Indonesia?
Como se recuerda, la tragedia, que dejó también 323 heridos, ocurrió la noche del sábado en la ciudad de Malang luego de que fanáticos del equipo local Arema FC invadieron la cancha del estadio Kanjuruhan tras perder 3-2 ante sus archirrivales Persebaya Surabaya.
La policía respondió con el lanzamiento de gas lacrimógeno a las graderías abarrotadas, llevando a los espectadores a correr en masa a los pequeños portones donde quedaron aplastados o asfixiados, según testigos.
Y si bien las fuerzas del orden calificaron el incidente como un “motín” en el que dos agentes murieron, los sobrevivientes los acusan de exagerar en su respuesta y de provocar la muerte de numerosos espectadores. El lunes, la indignación contra el cuerpo armado iba en aumento.
El portavoz de la policía nacional, Dedi Prasetyo, señaló que los investigadores estaban analizando las imágenes de las cámaras de seguridad del estadio para identificar a los “sospechosos que llevaron a cabo destrucciones”.
Pronunciamiento de clubes y autoridades
El presidente del club, Gilang Widya Pramana, pidió disculpas el lunes y se responsabilizó de los actos. “Como presidente del Arema FC, asumiré toda la responsabilidad de lo ocurrido. Me disculpo profundamente ante las víctimas, sus familiares, todos los indonesios y la Liga 1″, dijo, entre lágrimas, en la televisión.
En tanto, el ministro a cargo de la seguridad en el país del sudeste asiático, Mahfud MD, llamó el lunes a investigar y castigar a quien resulte responsable de la tragedia. “Les pedimos revelar quién perpetró los crímenes y que se tomen acciones en su contra, y esperamos que la policía nacional evalúe sus procedimientos de seguridad”, indicó en una declaración televisada.
La indignación ha ido en aumento en internet, con numerosos mensajes críticos de la policía que se viralizaron en Indonesia. “Investiguen a fondo. Disparar gas lacrimógeno en un espacio cerrado lleno de gente es una violación grave”, indicó un tuit ampliamente compartido en el país.
Por su parte, el entrenador chileno de Arema FC, Javier Roca, dijo que “hubo aficionados que murieron en brazos de jugadores”. “Los muchachos pasaban con víctimas en brazos. Creo que la policía se extralimitó”, declaró a la radio española Cadena Ser.
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