Traer un hijo al mundo es una bendición, pero también acarrea una gran responsabilidad. Dada esta situación, la práctica del sexo responsable ha llevado a la utilización de diversos métodos anticonceptivos que están al alcance de todos, o en teoría, así debería ser. Sin embargo, el fútbol develó una realidad en donde las relaciones sexuales y sus consecuencias han desembocado en momentos insólitos y curiosos en el deporte rey.
►Cuatro bicicletas y una huacha de Centurión y la falta por ser habilidoso
A puertas del Mundial de Sudáfrica, se realizaron varias investigaciones en Alemania que trataban de responder la siguiente pregunta: ¿cambiarías la final de tu equipo en un Mundial por tener sexo con tu pareja? El estudio concluyó que solo el 5% de los hinchas dejarían de ver el partido por tener sexo con su pareja. El 52% dijo que una emergencia le haría cambiar sus planes, mientras que el 20% confirmó enfáticamente que nada lo alejaría del televisor si los teutones llegaban a la final.
No obstante, los estudios se quedaron en el papel. El ejemplo tangible de la repercusión del sexo en el fútbol se vio, naturalmente, nueve meses después de que Alemania venciera a Portugal en el partido por el tercer puesto del Mundial jugado en tierras germanas. El 2007 fue uno de los años en que dicho país tuvo el número de nacimientos más elevados, luego de la crisis de natalidad del 2006. Mucho se debe a que la felicidad de los hinchas por el desempeño en el Mundial los llevó a tener sexo sin protección con sus parejas.
Por otro lado, el sexo y el fútbol también conllevaron a la economía del país. Corea del Sur provocó que la venta de preservativos en el país se multiplique cinco veces luego de que clasificaran a octavos de final del Mundial de Sudáfrica, comparado con la vez que se quedaron en grupos en Alemania 2006.
En el hotel donde se hospedaba Inglaterra, Fabio Capello, técnico en ese momento, puso cámaras en todas las habitaciones de sus jugadores, para así evitar que sus jugadores se 'gasten' físicamente manteniendo relaciones sexuales con sus parejas. Solo hubo una recámara que no se adoptó a la medida: la del propio técnico, quien recibía visitas de Laura Ghisi, con quien estaba casado. Las esposas de los fútbolistas inglesas reclamaron esta medida. Un mes es bastante, afirmaron.
De más está decir que la prensa británica le puso mayor atención a John Terry, quien protagonizó meses antes el repudio de los hinchas luego de que se acostase con la esposa de su colega Wayne Bridge.
Información recolectada del libro "Historias insólitas de los Mundiales de Fútbol", escrito por Luciano Wernicke.
TAMBIÉN TE PUEDE INTERESAR...
Contenido GEC