Previo al inicio del encuentro de cuartos de final de la Copa del Mundo Alemania 2006, las cámaras enfocaban una por una a las figuras de aquel gran equipo brasileño: Cafú, Roberto Carlos, Kaká, Ronaldinho Gaucho y Ronaldo. Posteriormente, aparecía el rostro de la figura de Francia, Zinedine Zidane.
"Fue el día que Zidane elevó el fútbol y lo convirtió en arte", titula un medio brasileño al recordar, tras 10 años, la brillante actuación del número 10. Cada jugada, amague, pase o sombrero del francés emocionaba a sus hinchas. Los hacía disfrutar del mejor fútbol mostrado en esa Copa.
Hasta el día de hoy, las imágenes del recuerdo de esa actuación supera incluso a la de la final de 1998, cuando 'Zizou' anotó dos de los tres goles con los que Francia derrotó a Brasil y conseguía así su primer y único trofeo de Copa del Mundo.
En aquella final su actuación fue sobresaliente. Lo que hizo en cuartos ante Brasil es difícil de calificar. En el análisis posterior al encuentro, los adjetivos no alcanzaban. Digamos que fue soberbio. De las mejores actuaciones individuales en un partido de Copa del Mundo. Un pase suyo a Henry en un tiro libre, decretaba el 1 a 0 final. La eliminación del último mejor Brasil. El pase a semifinales.
Sus hinchas agradecidos lo recuerdan con nostalgia. Los hizo amar un poco más ese deporte que tanta pasión les genera. Olvidan por un momento a los Messi, los Ronaldo o los Maradona. La mejor obra de ese artista francés los emociona. Hace que, 10 años después, aún perdure su admiración.
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