Las comparaciones son odiosas, pero a veces necesarias para contextualizar. En el caso del fútbol; sobre todo, se dan cada dos por tres. Si no es Lionel Messi, es Cristiano Ronaldo; de no gustarte Pep Guardiola tienes que ir con José Mourinho y así sucesivamente. En el Perú también son tendencia cuando se busca entender el nivel de ciertas figuras de la selección como Paolo Guerrero, Jefferson Farfán o André Carrillo ¿Realmente son ‘cracks’?
Lo común es validarlo con sus características y, muchas veces, el equipo en el que juega ¿Tiene gol? ¿Gana duelos individuales? ¿Juega la Champions League? ¿Compite en las grandes ligas europeas?, suelen ser algunas de las preguntas que el aficionado al fútbol intenta responder para reconocer si su ídolo es realmente una figura mundial o solamente una imaginación.
En el caso del ‘Depredador’, ahora figura del Inter de Porto Alegre, se habla siempre de la posibilidad de estar en cualquier equipo del mundo. “No desentonaría en el Barcelona”, dijeron alguna vez desde Fox Sports, al mismo tiempo que agregaban que no tenía nada que envidiarle a Luis Suárez. Y aunque su talento no se discuta, la verdad es que Guerrero, hoy por hoy, no se viste de ‘azulgrana’ y tiene pocas posibilidades de hacerlo en los próximos años reconociendo su edad (35 años).
Por las propias circunstancias, entonces, se puede aceptar que lo del ‘9’ de la blanquirroja es formidable dentro de un contexto más bajo que el europeo, algo que no le quita mérito, pero sí lo pone en una bandeja diferente. Una en la que también incluiría a Salomón Rondón, quien en las últimas horas confirmó que dejará la Premier League para ser nuevo fichaje del Dalian Yifang de la Superliga China.
Distintos, pero iguales
Uno peruano y el otro venezolano, los dos delanteros centro de sus respectivos países han demostrado que el pasaporte no es sinónimo de talento. Y es que, sin sonar despectivo, es una obviedad decir que ni Perú ni Venezuela son potencias futbolísticas, aunque algunos de sus jugadores (como los mencionados) brillen en distintas partes del mundo.
Y es que Guerrero y Rondón no solamente tienen características parecidas –buen juego de espaldas, remate, velocidad–, sino que también se atrevieron a dar ese paso al ‘Viejo Continente’ cuando eran muy jóvenes. A pesar de las diferencias de edad, el peruano tomó un vuelo a Alemania para empezar a jugar en el Bayern Munich; mientras que el llanero hizo lo propio a España para vestirse con la camiseta de Las Palmas.
Los años han pasado y sus carreras han terminado a kilómetros de distancia. Uno en Asia y el otro en Brasil, pero con el mismo sabor de boca de haberse podido mantener unos cuantos años más en el fútbol de élite. Sin embargo, las decisiones marcan el camino y la del peruano cuando decidió llegar al Brasileirao no fue del todo errada: ganó el Mundial de Clubes con el Corinthians y pasó de equipo en equipo siendo la principal figura.
Lo que termine por pasar por Rondón, que tiene 29 años, moldeará la criticas alrededor de su figura. Porque es cierto que la Superliga China no es del todo mediática, pero también que Rafa Benítez, quien se lo llevó tras tenerlo en el Newcastle la temporada pasada, lo quiere como argumento principal dentro de su proyecto futbolístico y, de tener continuidad, Dudamel seguirá teniendo un arma potente para las Eliminatorias rumbo a Qatar.
Encontrar al mejor
Se llevan seis años y la experiencia, en casos de tanta paridad, marca un factor diferencial. Pero aun así, la decisión sigue siendo difícil. Dos delanteros de área que, en contextos difíciles como los que les ha tocado vivir a sus respectivas selecciones, han sacado petróleo. Dos jugadores que no desentonan en ningún contexto y por los que las defensas tienen dolores de cabeza.
Más allá de los números –ambos son goleadores históricos de sus países–, lo de Paolo Guerrero y Salomón Rondón es sinónimo de liderazgo. Uno comandando al equipo de su vida hacia su primer mundial en 36 años; mientras que el otro siendo el líder de una generación llena de jóvenes que sueña con conseguir lo que hace años parecía imposible de cara al 2022.
Porque aunque sus decisiones hayan sido criticadas en su momento –cuando Paolo llegó a Brasil nadie lo veía tan claro–, hay futbolistas de selección que no necesitan vestir los colores del Barcelona para brillar cuando entonan las letras de su himno y en ese grupo de personalidades resaltantes se encuentran dos ‘killers’ del área que, a pesar de no tener pasaporte argentino ni brasileño, sacan el pecho por el continente sudamericano.
Será cuestión de tiempo encontrar si la decisión de Rondón fue la correcta; mientras que Guerrero sigue luchando por conquistar la Copa Libertadores. A más de un mar de distancia, entre ellos prefieren guardar un silencio, sinónimo de respeto, por el recorrido realizado para terminar teniendo la facilidad de tomar la decisión que les plazca porque el gol, vayan a donde vayan, siempre los acompañará.
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