Marzo de 2007. Veinte futbolistas nacidos en 1990 clasificaron a la Selección Peruana al Mundial Sub 17, ante la sorpresa de todo un país. Con Reimond Manco a la cabeza, este grupo de juveniles se convirtió en la esperanza de nuestro balompié y resurgió la idea de que podría resurgir desde sus canteras. Los hinchas pedían que se 'cuide' a estos seleccionados.
Obviamente, la Federación Peruana de Fútbol y la ADFP no desaprovecharon la oportunidad de implementar una norma que ya existía en ligas como la mexicana. En medio del artículo 56 de las bases del Descentralizado 2008, apareció un innovador párrafo: los clubes estaban obligados a acumular un mínimo de 1170 minutos en el Apertura y Clausura con futbolistas categoría 1989 (19 años). De no cumplir, se restarían tres puntos por cada 90 minutos en la tabla acumulada al club infractor.
Marzo 2008. A mitad del Torneo Apertura, tan solo 17 futbolistas (liderado por Alianza Lima con cinco) habían sumado en la Bolsa, y los clubes pedían postergar la norma para el Clausura. Incluso, Atlético Minero, Cienciano y Sporting Cristal enviaron un once totalmente juvenil a un partido para cumplir en tan solo un partido, desvirtuando la norma. Nunca se modificó, aún así hubo varios problemas.
Así fue el difícil inicio de la Bolsa de Minutos, cuestionada hasta hoy. Por años fue cambiado el minutaje, categorías, límites, plazos y hasta cómo sumar, pero nunca se encontró la forma de que beneficie al futbolista juvenil. Solo este año, la regla exige alinear a jugadores nacidos desde 1997, es decir de ¡22 años! Salvo se piense en el preolímpico de enero próximo, no hay lógica para ese límite de edad.
No es ningún secreto que son varios los equipos que alinean a estos jugadores solo para cumplir con la norma. Hay muchos casos de futbolistas que nunca más jugaron en Primera División o entrenadores que dirigían con cronómetro en mano para, llegado el momento del partido que sumaron lo suficiente, sacar del campo al juvenil.
Además, hay varios casos de equipos que a mitad de año no cumplieron con el primer minutaje y como castigo perdieron un cupo de jugadores extranjeros. Entre otros, el más llamativo fue el de la 'U' en 2011, en el que el entrenador 'Chemo' del Solar se justificó con no contar con juveniles adecuados. Solo uno no llegó a fin de temporada: Sport Huancayo en 2015.
En doce años, la norma pasó de ser exclusiva para futbolistas Sub 20 a Sub 23. Para 'tapar' de algún modo un poco este descalabro y forma de desvirtuar la esencia de la Bolsa de Minutos, se desfiguró más: actualmente, los jugadores nacidos desde 2001 suman treinta segundos más por minuto jugado. Imposible hacer un conteo normal. Por un tiempo, si alguno era prestado a una selección menor, el club podía reclamar para sumar en mesa. Daba la sensación de que lo último que preocupaba era el bienestar de las canteras.
Aún así, hay que rescatar lo positivo. Muchos clubes se abstuvieron de 'rotar' a futbolistas mayores para contratar o promover a jugadores más jóvenes. Muchos cumplieron su sueño de debutar en Primera División gracias a la norma y, ya sea por necesidad o cualidades, terminaron ganándose un lugar en el torneo local, exterior o la bicolor mayor.
De manera irónica, desde que se implementó la Bolsa de Minutos, la Selección Peruana no ha clasificado a ningún Mundial Sub 20 (no está de más recordar que antes, tampoco) a diferencia de Venezuela, donde la norma del 'Jugador Joven' ya llegó a dos, incluso llegó hasta la final en 2017.
¿Es necesario que esta regla exista, al menos, en la forma que se maneja en el Perú? Otro tema que ha pasado desapercibido es el Torneo de Promoción y Reservas, que cada año pierde la conexión que debería tener con la Primera División. Es hora de que la FPF se ponga firme ante los clubes y regule el reglamento: debe favorecer a los futbolistas de 20 años.