Aldair Rodríguez pasó más de ocho meses sin poder anotar en su paso por América de Cali. Las críticas no se hicieron esperar y tuvo que dejar Colombia para encontrar su mejor versión goleadora. Necesitaba una motivación extra para recuperar la confianza que lo llevó fuera de nuestras fronteras. Para eso nada mejor que fichar por Alianza Lima, el club donde terminó de formarse y del cual es hincha acérrimo.
Su primer grito sagrado llegó a los 56 minutos. Una celebración eufórica, en el duelo ante Ayacucho FC, puso punto final a la mala racha que llevaba frente al arco. A su vez, empezó a escribir una página en su revancha con el equipo de sus amores y del cual estuvo cerca de no jugar por una equivocación con su apellido.
La primera vez que Aldair Rodríguez llegó al cuadro íntimo apenas tenía 13 años. En una de sus tantas visitas a Chincha, ciudad natal de su madre, un familiar le avisó que faltaban cubrir unos puestos en ataque del equipo victoriano con sede en dicha localidad.
No lo pensó dos veces y reforzó a los blanquiazules chinchanos. Fueron arduas semanas de entrenamientos y no tardó en destacar entre decenas de adolescentes que soñaban con llenarle los ojos a los entrenadores y llegar hasta La Victoria.
Tras finalizar el periodo de prueba le dijeron que no había sido elegido. Fue así que emprendió el regreso a Lima para seguir luchando por sus sueños. Sin embargo, a los dos días recibe un llamado de Alianza Lima. Le notificaron que hubo error y que sí había quedado seleccionado. El problema había sido que tenían muchos chicos con el apellido Rodríguez y eso causó una confusión. Curiosamente, hoy en el equipo victoriano coincide con otro Rodríguez, Arley.
Fue así como se dio su ingreso al conjunto íntimo, donde estuvo hasta el 2013. Luego partió a Melgar para empezar a buscar regularidad en Primera División. Un año atrás cumplió su sueño de estrenarse con el primer equipo, pero no pudo anotar. Tuvieron que pasar poco más de nueve años para que la vida le ponga en el camino la oportunidad de saldar esa vieja deuda. Hoy solo tiene en su mente consolidarse en Alianza Lima, poder volver al extranjero y ser considerado nuevamente en la Selección Peruana.
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