Por Jorge Moreno

A estas alturas del ‘partido’, tendría que haber estado con la Sub 23 en Colombia, con la satisfacción de pertenecer al Fluminense, uno de los grandes de Brasil. Todo gracias a su buena temporada con la blanquiazul en 2019, en la que anotó 17 goles en la Liga 1.

Pero la realidad, lo sabemos, es bien diferente. El atacante fue separado de la selección preolímpica por un tema disciplinario. Y hoy no tiene equipo, porque no quiso renovar con Alianza, y se le ‘cayó’ la oferta del ‘Flu’, cuyos dirigentes seguramente se espantaron al ‘googlear’ su nombre y encontrar tantos escándalos.

¿Y cómo reacciona Quevedo? No declara a la prensa, pero en sus historias de Instagram comparte sus momentos de ‘relax’ y viajes a provincias. O sea, casi nada de gimnasio y, en general, muy poco relacionado al mundo de la ‘pelotita’.

¡Es alucinante! Se acaba enero, los principales equipos locales salen de la pretemporada y ya se presentaron en público, pero el mejor jugador peruano de la Liga 1 del 2019 canta ‘Somos libres’ y tiene apenas una oferta.

Esa oferta es la de Alianza, que aún no le cierra las puertas. El club victoriano –que se reforzó con 10 jugadores– le ofrece menos dinero que el que pretende el extremo, pero el entorno de Quevedo no acepta. El entorno es, en realidad, su padre Wilfredo –un exdelantero de ‘Muni’ de los años 80– y la cosa se estanca ahí.

Don ‘Willy’ seguro estima que su hijo vale mucho, y eso está perfecto. Pero en este momento, con el peligro latente de que el delantero de 22 años se quede en el ‘aire’ en todo el primer semestre del 2020, el dinero tendría que quedar en un segundo plano, ¿no?

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