Pese a no superar el metro sesenta, Ángel Ziani siempre se hizo notar en las canchas. Como se dice en el argot callejero, no le arrugaba a nadie. Es por eso que se ganó la admiración de sus colegas y la simpatía de los hinchas. Actualmente se desempeña como profesor de educación física y habló con Depor sobre aspectos desconocidos de su carrera y vida.
¿Qué ha sido de su vida?
Ya tengo 12 años fuera de actividad. En mi inicio en el arbitraje también postulé a la carrera de educación en la Universidad Enrique Guzmán y Valle 'La Cantuta' y me recibí como profesor de educación física. Ahora me dedico a eso. Aunque en este momento estoy con licencia, pues trabajo como supervisor de la villa del centro de formación deportiva Freddy Ternero en Ventanilla.
¿Cuál es su función ahí?
Me encargo de que la villa esté limpia y segura para que los profesores y alumnos tengan un buen ambiente para trabajar. Cuando estoy en el colegio, dicto clases de fútbol, voleibol, básquetbol y beisbol.
¿Qué diferencia encuentra con su trabajo de ahora?
Más tranquilo, indudablemente. En el fútbol profesional se juega muchos intereses. Y hay que tener personalidad. No tengo nada contra los panaderos, pero el árbitro que no la tiene, que se dedique a vender pan.
Esa era la razón por la que nunca tuvo temor en sancionar a jugadores como Guadalupe o Galliquio.
No se necesita tener tamaña para hacerte respetar como árbitro en el campo. Además, a Guadalupe ya lo había arbitrado en juveniles. Sabía mi modo de trabajar y yo el suyo. Nunca tuve problemas con él. Tampoco con Galliquio. Es un caballero.
¿De dónde surge esa valentía suya?
Yo he sido alumno se colegio Nuestra Señora de Belén de Ventanilla y fui policía escolar y también brigadier general. Luego me invitaron para ser auxiliar de educación y después me metí de árbitro. Siempre traté de ponerle orden a mi vida. Mi papá decía que yo no quería a mi mamá. Cuando volvía a casa, ella me preguntaba cómo me había ido, yo le respondía: "Bien, mamá, pero a ti mal". A cada rato me la rezaban a mi madre.
Se le conoce por su carrera de árbitro, pero ¿también ha jugado?
Claro. He sido back centro y marcador de punta. Jugué en la liga de Ventanilla por el club Bermúdez Atiaja y luego por la 'Asociación Agrupación Amigos del 21'. Cuando me recibí de árbitro tuve que dejarlo. Ahora juego pichanguitas en mi barrio.
¿Cómo se calificaba como jugador?
Regular. Eso sí, era renegón con mis compañeros, pero sin faltarle el respeto a nadie. Por eso me decían 'Vinagrillo'. Luego cuando era árbitro profesional, la gente me decía: hola, 'Pare y juegue'.
¿Y los técnicos son igual de molestosos que los jugadores?
Claro. Roberto Chale era jodidito. Ahora está más calmado por los años y la diabetes. Había que saberlo manejar. De eso se encarga el cuarto oficial. Yo le decía, mientras no se meta con nosotros ni contigo, bacán.
¿Recuerda a algún entrenador en especial?
Una vez la Selección Peruana perdió con Ecuador por una falla de Chacón. Freddy Ternero, que en paz descanse, era asistente de Juan Carlos Oblitas y me mentó la madre cuando iba al camerino. Me molestó mucho porque Freddy jugó con mi hermano, el 'Burrito' Ziani, en San Agustín y una vez vino a Ventanilla para un partido de exhibición. Hasta compartió un lonche con mis padres.
¿Solo fue ese episodio?
Como entrenador de Cienciano también tuvimos roces. En la previa de un partido con Universiario había dicho, en un diario, que se debía tener cuidado conmigo porque era de la 'U'. En el reconocimiento de campo ya te imaginarás las mentadas de madre que recibí. A la hora del partido, Cienciano ganaba 2-0 en el primer tiempo y los hinchas me aplaudieron. En la segunda etapa, la 'U' volteó 3-2 por dos malos cambios de Freddy. Él no pudo salir del estadio, yo sí.
¿Es usted hincha de la 'U'?
Soy tan hincha de Alianza que mi cumpleaños es el mismo día de la fundación. Mi hinchaje también lo comparto con el equipo de mi barrio, club Atlético Nacional de Ventanilla.
¿Cómo manejaba su hinchaje en sus tiempos de árbitro?
Yo no soy hincha de ir al estadio. Simpatizante y punto. Me gustaba por Teófilo Cubillas, 'Pitín' Zegarra, 'Perico' León, Julio Baylón, 'Babalú' Martínez. ¡Qué jugadores! Ellos jugaban por la camiseta y no por mostrar sus peinados.
¿Y en los clásicos?
Me olvidaba. Más bien, todos pensaban que yo era hincha de Universitario. El señor Alfredo Gonzales decía que el único que podía arbitrar a su equipo era Ziani. Y así fue. He dirigido más partidos de la 'U' en mi carrera. Y me fue bien. Nunca tuve problemas.
¿Cómo surgió la propuesta de ir a Combate?
Yo no veo esos programas (realities). Mi hijo, sí. El señor Roberto Larrea, quien era el encargado de producción de juegos de Combate, me llamó un día para hacerme la propuesta. A veces soy grosero y le iba a responder que yo no veo cojudeces, pero me abstuve (risas). Lo consulté con mi esposa y acepté. Solo estuve siete meses. Fue una bonita experiencia, Hice grandes amigos.
¿Volvería?
Volvería si esta vez las cosas son diferentes. Supuestamente fui contratado para ser árbitro y acabé participando.
¿Y no siente ganas de dirigir en el fútbol profesional nuevamente?
Desde que salí del arbitraje siempre estoy soñando que me están programando, pero cada vez es menos. Me costó mucho retirarme, no por dejar de arbitrar sino por la manera. Me afectó porque yo tenía que haberme quedado hasta diciembre de 2004, no sacarme cuando cumplí los 45 por una disposición que se emitió en ese entonces. Yo soy del quince febrero cuando recién se empezaba el campeonato. Había hecho pretemporada.
¿Cómo se sintió en ese momento?
Ganas no me faltaron de mandar todo a la… Además, yo no he sido un gran árbitro, pero tampoco malo para que mi partido de despedida fuera un Boys-Pesquero en el Callao. Ni las familias de los jugadores fueron a verlos. Fue una ofensa. Hice mi informe y lo mandé con mi esposa. No volví más.
Si uno de sus hijos le dice que quiere ser árbitro, ¿qué le diría?
Tengo un hijo que es árbitro. Su nombre es Samuel Francisco Ziani Gómez (28), mide 1.75 y está en la tercera categoría de la Conar. Esperemos que el próximo año pueda ser promovido a segunda. Tiene que apurarse porque le edad le gana y ahora quieren árbitros chibolos y con talla. Piensan que cuanto más alto, más lo van a respetar. Están tremendamente equivocados.
Cristian Benavente espera tener otra oportunidad
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