Óscar Vílchez está incómodo en Alianza Lima. "No sé si estoy dolido. Estoy decepcionado por cómo se manejaron las cosas. Yo no soy Cristiano Ronaldo para que me estén esperando", dijo el volante luego de que su pase a Atlético Nacional de Colombia se frustrara. Era su primera oportunidad de jugar en el extranjero. A los 30 años. En su mejor momento. Ese que no se sabe si podrá mantener hasta fin de año, tiempo que el club íntimo quiere retenerlo. Porque el fútbol se trata de eso. De momentos.
La oferta de Nacional era de 250 mil dólares con un contrato de 800 mil dólares por tres años para el jugador, sin considerar premios. Alianza dijo que no. Que era muy poco dinero para considerar arriesgar el título nacional. Dijo también que Vílchez era un jugador imprescindible para lograr los objetivos. El cuadro colombiano no insistió más. Luego llegó la segunda oferta concreta para Óscar: Talleres de Argentina puso 300 mil dólares sobre la mesa. Alianza volvió a decir no. 350 mil más un jugador a préstamo. Tampoco. Muy poco. Queremos 500 mil.
"Los contratos se respetan", aseguró el técnico Roberto Mosquera.
"Yo siempre he querido estar en Alianza Lima y defender esta camiseta, pero también busco una mejora para mí, para mi familia y (en el aspecto) futbolístico también". Vílchez está incómodo. Pero, ¿qué puede hacer? No tiene cláusula de salida al extranjero. Alianza está en su derecho (legal mas no moral) de retenerlo. ¿Es una opción renunciar? En Depor analizamos los escenarios.
Óscar Vílchez está ligado a Alianza Lima hasta que acabe el campeonato 2016. Para que se quede, los íntimos le ofrecen renovar y mejorar su contrato. Sin embargo, el volante fue claro cuando se le preguntó: "Muchas ganas tampoco tengo".
En caso de no ceder, 'Neka' será libre a fin de año y podrá irse a cualquier otro equipo sin dejar un centavo de ganancia. Tal vez ni siquiera deje el título nacional. Puede incluso que para ese entonces ya no este en su mejor momento (jugar incómodo no es lo mismo que jugar feliz). Puede también que ya ningún club en el extranjero lo persiga, pero Óscar, a cambio, podría fichar por un club local que sí priorice su crecimiento.
La renuncia es posible. Vílchez lo ha pensado. Pero para poder romper el vínculo por la fuerza no puede jugar solo.
"Puede renunciar, pero debería tener un club que lo respalde. Alianza podría demandarlo y pedir una indemnización. Eso lo pagaría el equipo que se lo lleva. Si se va a Talleres por lo menos los 350 mil que ofreció (a más). La carta pase se le solicitaría a FIFA y en 15 días estaría habilitado", aseguró a Depor Jhonny Baldovino, asesor legal de la Agremiación.
Es un punto importante. Óscar Vílchez no puede renunciar con la cabeza caliente, sin tener un próximo destino ni nadie que lo respalde. En juego están sus futuras convocatorias a la Selección Peruana.
Tragarse la incomodidad. Renovar el contrato. Aceptar un aumento. Conformarse con la cinta de capitán y seguir corriendo 10.5 kilómetros por partido por un equipo que le negó al oportunidad de despegar. Difícil.
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