No había varita ni sombrero, sino short, 'tabas' pichangueras y la camiseta de Alianza Lima. Claro, no estábamos en el set de 'Los Reyes del playback', sino en un lugar donde se siente aún más cómodo: en una cancha de fútbol. Jesús Alzamora será popular por ser mago y conductor de TV, pero ama la 'pelotita' y en el 'verde' también se hace notar.
Cuando llegamos a la cancha, justo había marcado, ya sobre la hora, el gol del empate. Por eso los 'ajos y cebollas' de Coki Gonzales, periodista y arquero en sus ratos libres, se multiplicaron. ¿Le sirve la magia en la cancha? Jesús dice que sí: al que lo marca, lo desaparece con una finta. Así de bravo es.
Eres mago y conductor, pero hiciste un buen gol. ¿Eres bravo o fue de pura 'champa'?
Yo he sido futbolista toda mi vida. De hecho, quise ser profesionales desde que era chico. Jugué en las divisiones menores de Universitario, pero por diversos motivos no seguí. Jugué futsal a nivel profesional, hasta participé de tres sudamericanos. A mí la pelota me encanta.
¿En qué posición juegas?
Ahora soy volante. De 'chibolo' era delantero, pero cuando hay campeonatos la hago de defensa. De lo que me pongas, la conozco. Tapo, si quieres.
Entonces, ¿por qué no seguiste en el fútbol?
Cuando jugaba en Universitario, una vez barrí a un chico afroperuano, me acuerdo clarito. El árbitro paró el partido y dijo que no podía hacerle eso porque yo era blanco, como si fuese racista o algo así. A la siguiente lo barrí de nuevo, me expulsó y me largué. Me sentí discriminado y así acabó mi sueño de ser futbolista.
Es una historia muy rara…
Estoy seguro de que a los grandes futbolistas les pasó algo similar. Claro, ellos seguro tenían más dedicación y más paciencia. Creo que para ser futbolista no basta con el talento. Hay cosas tan importantes que eso. Por ejemplo, la garra o la perseverancia.
¿No te arrepientes por no haber sido perseverante?
Sí, un poco. Pero eso no significa que no esté contento con la vida que llevo. Soy un tipo alegre y feliz de la vida.
¿Bajas a pelotear seguido?
Me encanta pichanguear: las grandes amistades se forjan con grandes paredes. Todos los lunes juego, los domingos también, sea donde sea que salga alguna pichanga. Entre semana es algo complicado porque trabajo de noche.
Fuera de bromas: ¿la conoces en la cancha sí o no?
Claro que sí, y acabo de meter los goles del empate: de 3-1, lo igualamos 3-3. Pregúntale a Coki Gonzales, quien ahorita está llorando. O a Alan Diez, quien acaba de pasar con la cintura rota. Derramo magia en la cancha, no te miento. Yo soy humilde, pero con ellos jugué para 10 puntos, así que estoy crecido (risas).
¿Derramas magia? ¿Tus habilidades como mago te ayudan a jugar mejor?
Aunque parezca mentira, sí ayudan. El mago tiene como dos segundos o tres de ventaja. No quiere decir que pueda ver a través del tiempo, pero su percepción es mucho más aguda. Por ejemplo, puede ver o sentir las cosas en 360 grados y reaccionar en base a eso. Es algo así como un microsegundo de ventaja, y en la cancha eso te ayuda a tomar una mejor decisión.
Tienes cara de ser piconazo…
Horrible. Ahora ya menos, pero de chico era más demente. Y soy de los que son 'cachosos'. Si de perder paso a empatar o ganar, fastidio y jodo. Me divierto haciendo eso, pero ya no me peleo con nadie. Estoy tranquilo.
Tal vez de chico te ganaste algún lapo por 'cachoso'…
Me he ganado lapos, golpes y puñetes. Pero ya no, ahora estoy tranquilito. Ya maduré. Voy a tener un hijo, así que tengo que portarme bien.
¿A qué futbolista admiras?
A Jaime Duarte, quien fue mi profesor de chico, recuerdo que me decía 'zurdo' y también 'César Cueto'. Ahí yo me volvía loco porque en mi casa tenía un afiche gigante del 'Poeta', del tamaño de toda una pared. Lo idolatré aunque no lo vi jugar, solo cuando hizo partidos de exhibición.
Ya que eres tan hincha de Alianza, ¿con qué jugador te identificas ahora?
Me gusta Óscar Vílchez. Corre toda la cancha, tiene técnica para tocar, recibe bien, juega de espaldas al arco.
¿Cómo fue que nació tu amor por la blanquiazul?
Mi abuela era una verdadera fanática. Cuando los partidos eran los sábados temprano, me sentaba en su sala a verlos. Mi papá era de la 'U', pero me llevó a Matute. Y ni bien entré, me enamoré de lo que vi. La tradición que tiene ese estadio es alucinante. Yo comparo mucho a Boca con Alianza. A niveles mayores, Barcelona también tiene y genera esa misma identidad.
¿Vas al estadio a alentar a tu equipo?
Cuando puedo voy, porque me encanta estar ahí. No sabes cómo puteo cuando estoy en la tribuna. Me frustra que perdamos, y lo peor es que tenemos gente que juega bien. Están Vílchez, Montaño, Manco, Pajoy y el 'Colo' Ibáñez. No sé qué pasa, pero ya vendrán los goles.
¿Por qué crees que Alianza no encuentra regularidad?
Creo que nos falta más identidad de juego. San Martín, por ejemplo, estuvo siete partidos sin ganar y ahora se está recuperando. Con Sanguinetti jugábamos más a los pelotazos laterales, pero éramos un poco más ordenado. Creo en Mosquera, pero su idea, tal vez, demore un poco más en cuajar.
¿Le tienes fe al 'Profe'?
Yo creo que Mosquera es un buen técnico. Es una persona capacitada, pero la respuesta de los jugadores tal vez no es la que él quiere. En el fútbol son muchos factores. Yo no me animaría a juzgar a nadie, pero espero que encuentre al equipo. Ya queremos un título, y es necesario que la situación mejore en las liguillas.
¿Harías alguna locura si Alianza sale campeón?
Por Alianza, cualquier cosa. Si somos campeones, podrían verme haciendo cosas que no hago normalmente. Y todo por ese delirio que te da celebrar un campeonato: te vuelve a un estado primario.