Cuando los reflectores del estadio Alejandro Villanueva se apagaron y los festejos de los futbolistas de Universitario tuvieron un contraste oscuro, los ojos de Jorge Fossati se mantuvieron firmes e inalterables, con Dios como único punto fijo de fe y las llamas encendidas en las pupilas. Y es que a pesar del contexto, los goles de Edison Flores y Horacio Calcaterra, la reacción de Alianza Lima al dejarlos en las sombras y el logro de haber sacado campeón a la ‘U’ después de diez años; la serenidad del uruguayo ante ese desenlace fue una demostración final de grandeza, respeto y profesionalismo, esos valores que lo llevaron a calar hondo en un plantel desde el primer día hasta llevarlos a la gloria.
Cuando el nacido en Montevideo llegó a la ‘U’ para suceder en el cargo a Carlos Compagnucci, muchos confiaron en su largo recorrido para levantar a un plantel alicaído y golpeado por los malos resultados. Sin haber tenido la responsabilidad de armar el equipo, el ‘Flaco’ asumió el reto y desde que llegó instauró el 3-5-2 como dogma inalterable, una disposición táctica que potenció individualidades, acrecentó el nivel del colectivo, convenció a la hinchada y empujó a una institución a volver a colocarse como la mejor del Perú a puertas de su centenario. Sin duda, un logro que quedará para la historia.
Llegar y hacerse sentir
Para ningún entrenador es fácil llegar a un equipo donde el plantel ya está armado con anticipación y, peor aún, con una dinámica de malos rendimientos golpeando la confianza de cada uno de sus elementos. Pese a ello, a Jorge Fossati no le tembló la mano y desde el primer minuto trabajó en convencer a sus jugadores de que la clave para sacar lo mejor de cada uno, era entregarse al 3-5-2 como esquema táctico base.
Obviamente cada partido fue una historia distinta y a lo largo de la temporada hubo matices dependiendo de los nombres utilizados, pero el mayor mérito del ‘charrúa’ radicó en el convencimiento en una idea que caló en sus dirigidos y le dio frutos a partir de buenos resultados. Ni siquiera cambió en las dos finales frente a Alianza Lima, en donde a punta de intensidad se adueñó del trámite y supo manejar los hilos de ambos partidos sin saberse inferior a su rival, algo que sí evidenciaron los de La Victoria.
Encontró a su columna vertebral
El hecho de haber mantenido el 3-5-2 durante toda la temporada desde su llegada, también se explica en la solidez de determinados nombres para sostener al equipo. Ningún colectivo se mantiene firme sin que sus individualidades asuman un rol protagónico en cada fase del juego, por lo que Fossati encontró un sostén de futbolistas que fueron de menos a más hasta convertirse en indispensables.
En el arco, José Carvallo se mantuvo firme a pesar de algunos exabruptos extradeportivos; en la zaga central, la compenetración entre Aldo Corzo, Williams Riveros y Matías Di Benedetto fue determinante; Rodrigo Ureña en el mediocampo fue sinónimo de equilibrio y cuando no estuvo la ‘U’ sufrió más de la cuenta; Andy Polo como carrilero derecho fue un desahogo en ataque y un sacrificio constante en defensa; Piero Quispe, por amplio margen, fue el mejor jugador del año en la Liga 1 Betsson; y la dupla conformada por Alex Valera y Edison Flores se comprendió de las mil maravillas cuando el equipo más lo necesitó.
Piero Quispe, no ‘Pierito’
Si en el pasado Carlos Compagnucci puso en duda el nivel físico de Piero Quispe tras la pretemporada –”Tuvo una mala pretemporada. Su estado de forma no era el mejor. No estaba enfocado y no andaba bien futbolísticamente. No estaba fresco y picante. No estaba como el año pasado”, dijo en Movistar Deportes–, con Jorge Fossati sucedió todo lo contrario. Con el uruguayo arropándolo y confiando en sus virtudes, el mediocampista de 22 años fue creciendo mes a mes y dejó atrás esa intermitencia que en su momento lo alejó de la Selección Peruana, hasta convertirse en el mejor del campeonato.
Aunque algunos se empecinaron en llamarlo ‘Pierito’ de cariño, él se encargó de sacudirse del diminutivo para que el único cariño válido fuera el que él le diera a la pelota. En días en donde la estadística está sobredimensionada y los números rigen un deporte que también habla de la sensibilidad del juego, el nacido en el distrito de San Martín de Porres consolidó su gambeta, pisó más el área y le dio alegría a un equipo que necesitaba de su creatividad para darle equilibrio a tanta intensidad.
Competición | Partidos | Goles | Asistencias |
---|---|---|---|
Liga 1 | 34 | 4 | 1 |
Copa Sudamericana | 8 | 2 | 1 |
Los números de Piero Quispe con la ‘U en el 2023.
El ‘Orejas’ que todos esperaron
Cuando Edison Flores volvió a Universitario a mitad de año, surgieron las dudas respecto a si llegaría a ser determinante en el equipo dadas las condiciones en las que había salido de Atlas de Guadalajara, superando problemas físicos y teniendo muy poca continuidad. Bajo ese contexto, Jorge Fossati tuvo la misión de que el ‘Orejas’ recuperase la confianza que había perdido en México y llegase fino a la recta final de la Liga 1 Betsson, donde sabía que podían definir el título nacional.
Y así fue: el de Collique se olvidó de algunos entredichos con la hinchada –festejó silenciándolos tras anotarle a Deportivo Municipal– y se puso el equipo al hombro, algo que ya hizo en su momento antes de partir a Dinamarca en el 2016. Ahora, con mayor experiencia, no se escondió en los encuentros claves y, además de anotarle a Sport Huancayo (2-0) para darle a la ‘U’ el Torneo Clausura, puso el 0-1 parcial sobre Alianza Lima (0-2) para que el pueblo ‘crema’ comience a soñar con los festejos en Matute.
Los números respaldaron su trabajo
“Feliz y agradecido a Dios de estar en estas instancias. Es también gracias a los valores que ha tenido este grupo de futbolistas durante todo el año; hemos pasado por momentos complicados y nunca he visto a este plantel decepcionar, ni de local ni en internacional”, dijo Jorge Fossati antes de la primera final en el estadio Monumental. Aquellas declaraciones no dejaron espacio para la duda: Universitario llegó a la definición por el título nacional sabiendo que tenía los méritos suficientes como para sumar una nueva estrella a su pecho.
Con el ‘charrúa’ en el banquillo, la ‘U’ no perdió ningún partido de local en la Liga 1 Betsson y ganó 15 de sus 17 duelos en el ‘Monu’ –los otros 2 los empató–. Además, en total sumó 25 victorias, 9 empates y 8 solo caídas, lo cual también se reforzó por su solidez jugando en Lima, donde nunca perdió. Ofensivamente el saldo fue muy positivo con 63 goles a favor y defensivamente los 26 tantos en contra complementaron las 23 vallas invictas en 42 encuentros. De tramo a tramo y con sus respectivos matices –todo equipo tiene sus altibajos a lo largo del año–, el ‘Flaco’ convirtió a los ‘cremas’ en una escuadra difícil de vulnerar y capaz de golear si los de arriba se lo proponían. Lo que vimos en Matute solo fue la consumación de un logro que se fue construyendo con trabajo y que las estadísticas lo reafirman número por número.
Partidos | Triunfos | Empates | Derrotas | Goles a favor | Goles en contra | Puntos por partido |
---|---|---|---|---|---|---|
42 | 25 | 9 | 8 | 63 | 26 | 2.00 |
Los registros de Jorge Fossati con la ‘U’ en el 2023.
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