El área no es para cualquiera. Donde se definen partidos y campeonatos tienen que estar los jugadores determinantes y, quizás, la diferencia entre un equipo y otro es, precisamente, el nombre que tienen en la zona más importante del campo de juego. El otro día, Kevin Quevedo –con su hat trick ante la Academia Cantolao– demostró que lo suyo entona más dentro de la 16 con 50.
Más allá de las polémicas y comparaciones –con Jefferson Farfán, por ejemplo– que se han dado a lo largo de las última semanas, el delantero ‘blanquiazul’ tiene con qué dar el salto cualitativo que no solo él necesita, sino también la selección peruana (¿quién no quiere tener más jugadores en la élite del fútbol mundial?). Para ello, y de esta humilde opinión, alejarse de la línea de cal parece ser la mejor opción.
Sus 14 goles en lo que va del año (es el goleador de Alianza Lima) demuestran que el joven de 22 años se lleva bien con el arco rival. Entonces, por qué arrimarlo hacia las afueras del área, cuando lo puedes tener, si quieres, de ‘falso extremo’. Me explico. Empezando por derecha, Kevin no tiene que cumplir con las características del extremo clásico (desborde, regate, centro), sino que puede terminar apareciendo detrás del punta y llegando al área aprovechando los canales interiores entre lateral y central, por ejemplo. Eso, como se confirmó en sus goles, fue lo que hizo el último sábado en Matute.
“Es mejor llegar que estar”, dice una famosa frase futbolera y en ella cabe perfectamente el futbolista que ha sido llamado por Ricardo Gareca para los amistosos ante Ecuador y Brasil. Siendo veloz y buen ‘driblero’, él puede marcar la diferencia recibiendo pases en profundidad de jugadores como Joazinho Arroé, ‘Cachito’ Ramírez o Rinaldo Cruzado (porque buen pie es de lo que más puede sacar pecho Pablo Bengoechea); mientras ‘Rocky’ Balboa fija a los centrales de espaldas, por ejemplo.
Todos son supuestos, obvio. No soy parte del comando técnico del uruguayo y respeto mucho su trabajo, pero sí que emocionaría ver esa versión del peruano en un momento que el contexto pide a gritos goles para la selección acercándose, cada vez más, el retiro de Paolo Guerrero. Ahora, también es cierto que Quevedo ya cumple con esa incursiones en el área que pido en este texto; sin embargo, también tiene funciones defensivas que muchas veces le quitan galones de gasolina.
Sin necesidad de centralizarlo (también es una opción), hacerlo ‘falso extremo’ (como un segundo punta) como una constante sin estar tan pegado a la banda –con esa función para el lateral derecho de turno–, el equipo de La Victoria ganará a un futbolista enfocado en atacar los huecos de las líneas defensivas (“zonas indefendibles”, dijo alguna vez Guardiola) a través de las características que él mismo tiene. Y aquí quiero poner un ejemplo.
Sterling, el espejo donde mirarse
Hay un mundo de diferencia, pero por ahí no va el asunto. Raheem Sterling saltó a la fama en aquel Liverpool de Brendan Rodgers que estuvo a un paso de consagrarse campeón de la Premier League. Con su velocidad y desparpajo, el joven de 19 años empezó a relucir en la élite como un extremo natural –ya de los pocos que habían– para dejarle la tarea goleadora a Luis Suárez y Daniel Sturridge, quienes anotaron 31 y 21 goles respectivamente.
La sorpresa cayó en Anfield cuando su joya decidió salir a un rival: el Manchester City. Los 40 millones que pagaron los ‘citizens’ por uno de los grandes prospectos del fútbol inglés ahora parecen una ganga, sobre todo para Pep Guardiola, quien ha encontrado el mejor registro goleador del nacido en Jamaica desde que debutó en el torneo inglés.
Con 18 tantos en la 2017/18, 17 en la 2018/19 y 5 en lo que va de la 2019/20 (tres partidos), Sterling tiene todo de lo que debe aprender Quevedo para seguir siendo determinante, pero esta vez a nivel internacional (si lo que quiere es emigrar a otro país). Con el técnico catalán, el inglés dejó de ser ese extremo veloz y regateador para darse paso a lo que venía diciendo en los párrafos anteriores: un ‘falso extremo’. Movimientos de afuera hacia dentro, ataques a los pasillos interiores y definición.
Ese posicionamiento en el campo, dejándole la línea de cal al lateral izquierdo del Manchester City (sea Oleksandr Zinchenko o Benjamin Mendy) no solo permite que haya una opción más de pase entre líneas para el cuadro inglés, sino que le da al jugador la oportunidad de tener el arco de cara, algo fundamental para un delantero que quiere vivir del gol. Por eso, si Kevin empieza a sostenerse en esa zona del ataque, sus variantes goleadoras seguro que van a aumentar y en el club que esté lo van a poder disfrutar.
Con todo el respeto, prende la tele, Kevin. Tienes talento, gol y las características necesarias para seguir marcando tantos en los diferentes contextos en el que termines participando. El partido ante Cantolao solo es un inicio y dependerá también de tu entrenador de turno ver las posibilidades que te da para ampliar la gama goleadora que llevas en los genes.
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