Un técnico siempre es el que se lleva las críticas de la afición cuando la ejecución de los futbolistas no es la mejor. En efecto, el año en Sporting Cristal estuvo plagado de malos comentarios hacia el trabajo de Mariano Soso y en muchos casos fue de forma injustificable.
Lo cierto es que el fútbol, el deporte que se rige bajo los resultados, pero que se le exige jugar bien y bonito, le ha dado una nueva oportunidad al entrenador cervecero: pese a haber estado en el foco de la crítica y el elogio, consiguió la clasificación del elenco celeste a la gran final del Descentralizado y esboza una ligera sonrisa de cara al final de temporada.
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Remontándonos al pasado, se recuerda al Mariano Soso aprendiz que llegó a trabajar con Claudio Vivas y que se quedó con Daniel Ahmed para emprender proyectos en tienda rimense. No obstante, cando el rosarino decidió ser director técnico por sí solo, se encontró con una dura realidad: en Real Garcilaso no creyeron en esa bendita palabra 'proceso' y lo mandaron lejos del Cusco por una derrota.
El argentino fue echado de Garcilaso por perder 4-0 ante Sporting Cristal en el Cusco y hasta se le acusó de cómplice de la derrota por un supuesto arreglo de palabra entre los drigentes cerveceros y el ex asistente de Ahmed. Soso regresó a su país y no se supo de él por un tiempo.
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Sin embargo, en total, Mariano Soso estuvo un total de 26 juegos: 15 ganados, 4 empatados y 7 derrotas contando la Copa Inca y el Torneo Apertura
Pero el fútbol tiene revanchas. Un año eres echado y al año entrante eres finalista. Eso, resume a Mariano Soso.
A inicios de año, el entrenador llegó criticado a Cristal por su poca experiencia como DT. Dicho sea de paso, los resultados no acompañaron a Soso en lo que los hinchas solicitaban como prioridad: una eliminación vergonzosa de Copa Libertadores puso en duda su puesto de trabajo.
Empero, en Sporting Cristal, los dirigentes han tenido, en los últimos años, una bandera en alto que defiende la palabra proceso. Si bien los celestes dejaron de ser esa máquina demoledora que recibía rivales en el Gallardo y que se iban con la canasta llena, ahora muestran una nueva adaptabilidad con respecto al juego de los rivales y que les ha dado frutos en el corto plazo.
La imposición de un estilo ha pasado a segundo plano, y ahora los cerveceros han encajado actuaciones que llegan con lo justo, pero que al fin y al cabo, conllevan al resultado deseado. Como la definición de este domingo: Sporting Cristal se mostró superior ante Municipal en momentos del partido, pero el problema nunca fue en la dirección (Soso), sino en la ejecución (situaciones fallidas que pudieron evitar la infartante tanda de penales).
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La versión de este equipo de Mariano Soso también corre por la apuesta de un grupo de jóvenes que, quizás, en otras plantillas no hubiesen tenido cabida. Hay que saber, dentro de todo, lidiar y sopesar el buen momento que tuvo Pedro Aquino y no sacarlo por un experimentado como Josepmir Ballón.
Con 35 años, Mariano Soso cargó un grupo con experimentados como Carlos Lobatón y Jorge Cazulo que nunca le dieron la espalda, sino todo lo contrario: goles anotados fueron celebrados con él. Ese respaldo es el que a Sporting Cristal le sirvió para sobrellevar las malas situaciones.
Mariano Soso y Carlos Lobatón se abrazaron en el gol (América TV)
Por eso, Mariano Soso ha llegado a la final. Criticado, pero con el resultado bajo su manga. Y hasta es irónico para lo que exigen en Cristal: que el resultado sea una consecuencia a partir de lo jugado. Y quizás, esta versión renovada cervecera se haya saltado el primer paso que lo podría llevar a la gloria.
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#Cristal: revive el penal fallado de #Zela que le dio el pase a la final. https://t.co/582CyAZFgl pic.twitter.com/ava2XSVGxx— depor.com (@deporpe) 4 de diciembre de 2016